La Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental ha formulado una declaración de impacto ambiental negativa para el proyecto de construcción de una central de biomasa en el término municipal de Pepino, promovida por la empresa Biomasa Talavera. Así se recoge hoy en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha.
Según esta resolución «dicho proyecto previsiblemente causará efectos significativos negativos sobre el medio ambiente, y especialmente sobre la población». Además, considera que «las medidas previstas por el promotor no son una garantía suficiente para su adecuada corrección».
Hay que remontarse al 6 de septiembre de 2010, momento en el que se inicia el trámite de consultas previas en relación con el impacto ambiental del proyecto. Consultas que se realizan a las personas, instituciones y administraciones previsiblemente afectadas por su ejecución. Algunos de esos organismos consultados son las organizaciones ecologistas Ardeidas y Ecologistas en Acción de Toledo, el Ayuntamiento de Pepino, la Confederación Hidrográfica del Tajo, así como diferentes direcciones generales de las Consejerias de Agricultura y Medio Ambiente y de Ordenación del Territorio y Vivienda.
Una vez examinada la documentación presentada, la Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental considera «ambientalmente inviable la actuación proyectada». Un proyecto consistente en una central de generación eléctrica formada, básicamente, por una caldera de vapor, que utilizará como combustible biomasa, y un grupo turbogenerador de vapor a condensación.
Para formular la declaración de impacto ambiental negativa este organismo tiene en cuenta diferentes factores, entre ellos la ubicación de esta instalación. En este sentido el Estudio de Impacto Ambiental incluye tres alternativas, siendo una la alternativa sin proyecto y las otras dos ubicaciones distintas. En la alternativa seleccionada se opta por una parcela que se encuentra en un polígono industrial y al sur linda con la subestación eléctrica de Talavera, evitando así el trazado de líneas eléctricas aéreas para realizar la acometida desde la planta a la red de distribución de Iberdrola.
Asimismo, las redes municipales de abastecimiento de agua y vertido están próximas, por lo que no es necesario realizar obras de considerable envergadura para su conexión con la planta, prosigue la resolución, y añade que «esta alternativa no ha sido seleccionada en base a criterios ambientales y tras una adecuada evaluación de los impactos que derivarían de cada uno de los dos emplazamientos, si no más bien por criterios de proximidad a las infraestructuras de conexión». «Siguiendo el criterio que se le indicaba deberían haberse evaluado alternativas alejadas de zonas pobladas».
Otro de los factores que tiene en cuenta la Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental a la hora de dar su negativa es la afectación a la población y es que «tan sólo a 240 metros al oeste de este sector industrial se encuentra la Urbanización Gran Chaparral dentro del término de Pepino que está clasificado como suelo urbano residencial consolidado». En este sentido, la resolución esgrime que «este tipo de proyectos pueden desencadenar ruido y vibraciones así como molestias a la población por producción de olores y dispersión de polvo».
También el impacto paisajístico ha tenido peso en la negativa de esta resolución.