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20/10/2013junio 12th, 2017

Este domingo toda la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones, que en el caso de la Diócesis de Toledo se ha celebrado con eucaristías en todas las parroquias, culminando con las celebraciones eucarísticas presididas por el arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, como presidente de la Comisión Episcopal de Misiones en Madrid, y por el obispo auxiliar de Toledo, Ángel Fernández, en la Catedral de Toledo.

Braulio Rodríguez, en la eucaristía que Obras Misionales Pontificias ha celebrado en Madrid, ha señalado, en su homilía, que «es un domingo especial, es el domingo del Domund, una inquietud que si vivimos la fe necesitamos llevarla a los demás porque si no seríamos egoístas»; en esa línea destacaba que «la fe es un regalo, que necesita ser acogido, un don que no se reserva para unos pocos, sino que se ofrece a todos generosamente».


Por ello, y en este final del Año de la Fe, ha aseverado que «todo el mundo debería experimentar la alegría de ser amados por Dios», porque «la fe es un don que necesita ser compartido», destacando en ese sentido que «muchas veces no tenemos claro que anunciar el Evangelio es ser discípulo de Jesús, conocer a Cristo lleva consigo felicidad y hace a la humanidad más grande». Refiriéndose a los misioneros ha querido destacar que «han vivido y viven la maravilla del encuentro con Cristo y comparten esta experiencia» Los misioneros no se consideran héroes y «reciben más que dan».

Como obispo que preside la Comisión Episcopal de Misiones, ha realizado la invitación para conseguir «una mejor conciencia misionera y ayudar a aquellos que como misioneros dan la vida por los más pobres», pidiendo ayuda «para afrontar muchas situaciones de pobreza severa, pero también pedimos oración». Concluía Don Braulio señalando que «sin esa tarea misionera no seríamos buenos cristianos», afirmando que «todos los misioneros nos dan lecciones de amor, de entrega y de sentido profundo de la vida».

OBISPO AUXILIAR DE TOLEDO: «LA IGLESIA EXISTE PARA EVANGELIZAR»

Por su parte Ángel Fernández Collado, obispo auxiliar de Toledo, ha presidido la celebración eucarística diocesana con la que se recordaba la Jornada Mundial de las Misiones (Domund), en la que ha estado acompañado por el obispo de Aguascalientes (México), José María de la Torre.

Fernández Collado ha afirmado que «Fe y Caridad nos hablan de misión, de evangelización, de anunciar a Jesucristo, de darlo a conocer y de vivir en cristiano; nos hablan de gracia de Dios y de respuesta positiva, entregada y generosa de los hombres al servicio del prójimo, de los más necesitados», recordando el Evangelio cuando «dice el Señor, lo que hacéis a uno de estos hermanos más débiles y necesitados, a Mí me lo hacéis».

Ha recordado que «evangelizar, llevar el Evangelio y la persona de Jesús a quienes no lo conocen, es la dicha y la vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda», porque «la Iglesia existe para evangelizar y esta tarea es una responsabilidad y un derecho de todos los miembros del Pueblo de dios quienes, por la recepción del sacramento del Bautismo, somos llamados a anunciar a Jesucristo y a dar testimonio de su Evangelio». También destacaba el Obispo Auxiliar que «el Domund es una cita importante en el caminar de la Iglesia, y este año en especial, porque la estamos viviendo dentro del Año de la Fe», continuaba señalando que «esta Jornada nos recuerda que la Iglesia por su naturaleza es misionera, evangelizadora, que ha sido enviada a todo el mundo para dar a conocer a Jesucristo y su Evangelio».

Fernández Collado también hacía presente «a todos los misioneros y misioneras que han salido de nuestras comunidades, de nuestros pueblos y ciudades, y están presentes en todos los territorios de misión, anunciando y dando testimonio del Evangelio con el sello de la sencillez, de la entrega total a aquellos con quienes están anunciando y con quienes están compartiendo la fe y la caridad». Señalaba, de igual modo, que «en todas partes suscitan admiración los misioneros y misioneras por su ser apostólico y por sus obras», porque «son cristianos, llenos de Dios, deseosos de mostrar el amor de Dios sirviendo y amando al prójimo, especialmente a los más pobres y necesitados, modelos de caridad y solidaridad», ya que «esta admiración llama la atención en nuestro mundo rico y secularizado por el hecho de que los misioneros estén trabajando entre los más empobrecidos del mundo», misioneros, proseguía, que «ponen en peligro su vida por defender los derechos y la dignidad de los más pobres».

«Nuestros misioneros y misioneras son nuestros hermanos universales, porque gastan su vida por el bien de todos los hombres, y son el ejemplo más elocuente de la superación de las divisiones existentes en el mundo por lo que respecta a las razas, a las ideologías, a las culturas… El misionero expresa y vive la caridad y solidaridad más extrema y radical, ya que en él se encarna la entrega más plena a los hermanos», concluía el Ángel Fernández durante la celebración del Domund.

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