Entre enero y septiembre de 2018 en Castilla-La Mancha se han registrado 381 delitos contra la libertad e indemnidad sexual, un 33 por 100 más que en el mismo periodo de 2017. Según el Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior, Toledo fue la provincia de la región con más delitos de esta naturaleza, 134 (un 21,8 por 100 más que el año anterior); seguida de Albacete, con 84 (un 90,9 por 100 más); Ciudad Real, con 71 (un 26,8 por 100 más); Guadalajara, con 56 (un 36,6 por 100 más); y, por último, Cuenca, con 36 (un 5,9 por 100 más).
Detrás de estos números hay personas, en la mayoría de los casos mujeres, víctimas de una sociedad aún muy machista y patriarcal en la que, además, deben luchar contra ellas mismas, contra ese sentimiento de culpabilidad que las suele acompañar.
El machismo y las conductas sexistas son la semilla de la violencia hacia las mujeres. Así lo sostienen organizaciones como la Asociación María de Padilla de Toledo o la Asociación de Mujeres Opañel, muy cercanas a la realidad que se vive en Castilla-La Mancha. La receta para acabar con ella, coinciden, la prevención y la educación desde edades muy tempranas, una vacuna que aún se debe universalizar mucho más y en la que la región ha dado el primer paso gracias a la Ley por una Sociedad Libre de Violencia de Género, aprobada el pasado 4 de octubre, por la cual la Junta de Comunidades desarrollará una asignatura obligatoria en Primaria y Secundaria con contenidos relativos a la igualdad, educación afectivo-sexual y prevención de la violencia de género.
Desmontando el mito del amor romántico
Lorena Aguilera es psicóloga de la Asociación María de Padilla, un colectivo que tiene tras de sí una larga trayectoria de apoyo a las mujeres que sufren violencia de género. Su experiencia directa con estas víctimas y con los jóvenes a los que visita en institutos para formar en igualdad de género le convierten en una voz testimonial de lo que ocurre más allá de los discursos formales en los que casi nadie se reconoce como machista. Lo cierto es que «vivimos en una sociedad patriarcal y sexista», cuyos valores y desigualdades “son transmitidos en el hogar, en la escuela, en los medios de comunicación, en las redes sociales”…, modelos de convivencia -asegura- que están totalmente normalizados en los comportamientos del día a día.
Por este motivo, en el trabajo que realiza con adolescentes en centros educativos, Lorena insiste en hacerles ver que estas conductas sexistas están en películas, en canciones, en programas de televisión… cómo mitos como el del amor romántico siguen haciendo mucho daño… o cómo estas conductas no son ajenas a ellos o propias sólo de adultos. Al fin y al cabo, como la propia Lorena sostiene, «hemos mamado este tipo de sociedad».
No cree que los jóvenes de ahora sean más violentos que antes, como se asegura desde otras fuentes. El problema es que tienen más formas de expresión y «más herramientas que antes», herramientas como el móvil con el que, por ejemplo, es más fácil controlar a la otra persona. En su opinión, es necesario «empezar desde abajo» para que no acaben normalizando que esta forma de control es una muestra de amor -«como les ocurre a muchos»- y para que «empiecen a criticar y a cuestionar los roles tradicionales».
«La mujer maltratada muchas veces no es consciente de lo que le pasa»
En las terapias individuales que ofrece a mujeres maltratadas, la psicóloga comprueba a diario que la mayoría de las víctimas tienen en común un fuerte sentimiento de culpabilidad, un sentimiento que las confunde y que, en muchos casos, hace que no sean conscientes de lo que les está pasando. «Vienen deprimidas, sabiendo que no están bien, pero es difícil que reconozcan las cosas». Por eso es importante «darles su espacio y que sean ellas la que pongan el ritmo a la terapia».
[ze_summary text=»Las víctimas de violencia de género suelen sentirse muy culpables»]Las víctimas de violencia de género suelen sentirse muy culpables[/ze_summary]Lorena ponía el acento en que para una mujer maltratada «todo es muy difícil». «Al final se la acaba señalando como víctima y se sienten culpables y victimizadas».
«La violación es el único delito en el que la víctima debe demostrar que se ha enfrentado al agresor»
Macarena Alonso, presidenta de la Asociación María de Padilla, insistía –por su parte- en que hay que dejar de culpabilizar a la mujer y que, en este sentido, el caso de La Manada ha supuesto un antes y un después. No obstante, lamenta que el delito de violación sea el único delito en el que la víctima debe demostrar que se ha enfrentado al agresor para que se considere violación.
«Cualquiera puede ser víctima de una situación de abuso o acoso sexual, no existe perfil al respecto». En este sentido, el acosador se vale de la vergüenza y del miedo que suele paralizar a la víctima, apunta.
[ze_summary text=»El acosador se vale de la vergüenza y el miedo de la víctima»]El acosador se vale de la vergüenza y el miedo de la víctima[/ze_summary]En este sentido nada beneficia la normalización de la violencia que se produce a través de los medios de comunicación, las redes sociales y las nuevas tecnologías, mecanismos a través de los que los jóvenes aprenden sexualidad, fundamentalmente mediante la pornografía, «con las altas dosis de machismo que conlleva».
Charlas, manifestaciones, jornadas de sensibilización…
Como cada año, la Asociación María de Padilla llevará a cabo en Toledo diferentes acciones de sensibilización con motivo de la celebración, el 25 de noviembre, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Además de la jornada de formación celebrada el 17 de noviembre con la participación de la feminista Rosa Cobo y la escritora Laura Freixas, el 24 de noviembre (12:00 horas) -en la plaza de Zocodover- ha organizado una performance junto al grupo El Bolo Feroz para dar la voz a los «silenciados», esto es, a los hijos de las víctimas de violencia de género. El 25 de noviembre estará además en la manifestación que, convocada por la plataforma 8-M, partirá a las 11:00 horas del paseo de la Vega y llegará hasta la plaza del Ayuntamiento bajo el lema «Por las que están, por las que no están, por las que peligran».
«Es importante que el hombre machista se sienta cuestionado por otros hombres»
La Asociación de Mujeres Opañel -promotora de la exitosa campaña «Sin un sí es un no», la primera campaña contra la violación en citas- ponía de manifiesto el papel que desempeña el hombre en la lucha contra las desigualdades y las conductas machistas. Su presidenta, Begoña Moreno, afirmaba que, si bien cada vez hay más concienciación entre los hombres , es importante que aquellos que aún mantienen conductas machistas se sientan cuestionados por otros hombres.
«La vacuna frente al machismo es la prevención. Ahora hay muchos recursos y experiencias preventivas en toda España pero nunca es suficiente porque estas conductas machistas lo impregnan todo».
Begoña añadía que movimientos como «Me Too» muestran que algo está cambiando y que el feminismo está calando. «Todas las mujeres entendemos por qué se da este movimiento, ahora falta que lo entiendan ellos».