El Museo de Semana Santa de Hellín (Albacete) acogerá desde este viernes, 7 de marzo, al 6 de abril, la exposición ‘100 tambores en Hellín’, que mostrará la evolución del tambor, reflejo de la evolución del municipio, desde el 1870 hasta el presente.
La exposición, en la que también se verá en un tambor militar de finales del siglo XVII, pondrá en valor la artesanía del tambor hellinero a través de la evolución en su estructura, hechura y materiales a lo largo del tiempo, ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
Arte y diseño
Así, se apreciará como la caja ha pasado de la hojalata al aluminio; los aros, de la madera al aluminio; los tornillos metálicos, hellineros o con torreta, a ser sustituidos por cuerda; de la palometa de toda la vida a la copa; de las delicadas pieles de cabrito, hechas a mano, a los industrializados parches de plástico; y los bordones, desde el cáñamo a las cuerdas de guitarra, pasando por la tripa de animales y los entorchados de metal.
En el último medio siglo, paralela a la evolución de la técnica, el tambor ha pasado de su estructura arcaica a incorporar elementos de adorno para embellecerlo. En la muestra se descubrirá cómo, con el paso del tiempo, estos adornos decorativos se fueron demandando de tal manera que la artesanía alcanzó una importancia notable.
El diseño de ornamentos por parte de artistas locales y la demanda hizo que la artesanía fuera progresando y se fuera perfeccionando con el paso del tiempo. Los tambores mostrarán cómo en los últimos años demanda masiva de diseños artísticos ha industrializado las técnicas, como lo atestiguan los cortes de madera o metales; que las antiguas sierras de pelo han sido sustituidas por el láser o los buriles para hacer grabados por las mini amoladoras.
Todo envuelto en una artesanía del tambor que ha ido evolucionando a lo largo de los años en busca del embellecimiento del tambor, alcanzando en ocasiones una auténtica cota artística, como son ejemplo los trabajos de los artistas Alejandro Barra y Fernando Mendoza; las pinturas sobre la caja de José Ángel Ramírez, y de Francisco Ruíz Oliva sobre la piel del tambor, o los trabajos en pintura, corte y grabado de Pedro García Navarro.