domingo, 29 de septiembre de 2024
artículo de opinión 02/04/2015junio 8th, 2017

«Estamos en plena Semana Santa, recordatorio para los cristianos de la pasión, crucifixión y muerte de Jesucristo. Nuestro influjo religioso marca este momento de recogimiento y reflexión que se vive con gran tradición en el seno de muchas familias.

Jesús nació y formó parte de una familia, referencia íntima también para el hijo de Dios en su tránsito vital como hombre.


Hablar de familia es hablar de historia, es hablar de tradición pasada de padres a hijos, de abuelos a nietos. Es la fortuna de tener una transmisión permanente de información, de educación y de cordura desde el afecto.

Tener una familia en la que refugiarse es un aval único e irrenunciable para cualquier ser humano. Es la última estación donde queremos bajarnos cuando la vida se hace cuesta arriba.

La existencia de la familia para el individuo supone un salvoconducto permanente para guarecerse. Ese territorio pequeño pero seguro donde podemos mostrarnos desnudos de alma porque somos conocidos y aceptados. Sin reproches, sin costes añadidos, podemos irnos y volver cuantas veces sea necesario, siempre habrá un alguien y un abrazo esperando.

Por eso en la actualidad, en un mundo a veces tan hostil socialmente hablando, cuidar y ayudar a la familia es una labor fundamental para cualquier gobierno. Por eso y porque hablar de familia es hablar de economía, es hablar de sanidad es hablar de educación, es, ser consciente de que este núcleo social subsiste en gran parte por el empeño, el compromiso y esfuerzo de los progenitores a favor de sus descendientes y esto ha sido así a través de los tiempos que han permitido la permanencia de este modelo de convivencia desde la renuncia y la tolerancia y ha formado inexorablemente parte de la historia de muchos pueblos.

Dar apoyo desde los gobiernos a las familias es aplicar una política social por aspersión porque ayudar a las familias es ayudar a mayores, a niños, a enfermos en muchas ocasiones, a dependientes. Por eso el Partido Popular desde el gobierno se ha marcado como objetivo fundamental dirigir sus recursos a dar prioridad a la familia, para conseguir que esta represente un foco receptor de las políticas sociales. Un marco que se adapte a los cambios sociales y permita mantener una buena y favorable conciliación de la vida familiar y laboral por ejemplo.

El Partido Popular ha dado la cara con las familias y está trabajando con máximo empeño, para lograr que todas las administraciones se impliquen a favor del reconocimiento de derechos como ayudas desde los ámbitos fiscal, laboral, educativo, etc.

Por eso en el Partido Popular pensamos que hay decir y que hacer por las familias como núcleo básico de nuestra sociedad. Mientras otros partidos políticos pasan de puntillas, y se resisten a hablar de políticas de protección a través de las de los adolescentes, de familias numerosas, de familias con personas dependientes, etc., en el Partido Popular creemos que hablar de familia es hablar de una pequeña representación de toda la sociedad, es defender nuestra libertad de elección y la contribución a tener un mundo en armonía, un mundo donde el individuo encuentra el clima idóneo para su desarrollo y su estabilidad.

El Partido Popular defiende fuerte y claro a la familia con mayúsculas, y esto lo pueden comprobar si se detienen a mirar la página web de los diferentes partidos políticos. Tómense la molestia y cuenten, las veces que aparece la palabra familia en cada uno de ellos y en que contexto se muestran. Les aseguro que se van a sorprender».

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