«He tenido hospitalizada un familiar durante casi dos semanas en el hospital geriátrico de Nuestra Señora del Valle en la capital regional, y durante estos días he podido comprobar de primera mano el trato que dispensan todo el personal a los enfermos. Desde los auxiliares, médicos, enfermeros, personal de limpieza, sacerdotes, todos, desarrollan una labor extraordinaria y con mucho celo profesional.
Durante estos días he comprobado cómo se preocupan por los enfermos, muchos de ellos muy mayores, pues a este hospital solo derivan a personas de más de 75 años, extremo que yo desconocía. Puntualidad en atender, corrección en el trato y mucho cariño, mucha cercanía. En la cabecera de las camas ponen el nombre de los pacientes y los cabeceros y pasillos están llenos de estampas con las imágenes de las vírgenes o patronos de los pueblos de donde proceden. Es curioso y nadie lo ha quitado.
Ciertamente este hospital es pequeño comparado con el mastodonte del Virgen de la Salud y el nuevo que albergará el Polígono, pero eso no quita para resaltar la experiencia positiva que hemos tenido toda la familia con este hospital del Valle, desde donde, por cierto, se divisan unas vistas extraordinarias. Y otro detalle, tienen televisión gratuita en todas las habitaciones. No hay demasiadas visitas ni grandes aglomeraciones. Gracias a todas las personas que cuidan diariamente por la salud y el alma de nuestros enfermos mayores y enhorabuena por esa profesionalidad demostrada».
Carlos Martín-Fuertes.