Francisco Zaragoza, propietario de «La Nueva Flor y Nata» observa con sorpresa la buena acogida que ha tenido la apertura de la pastelería-cafetería en la calle Mayor de Guadalajara. Este local no solo recuper el nombre ya que en su interior también podrán degustarse los bizcochos borrachos.
«Desde la apertura hemos tenido una acogida sorprendentemente buena» nos confiesa Francisco Zaragoza asegurando que «el primer día ya había cola y la gente sigue viniendo».
Incluso, asegura que «la pena» es que en el espacio interior de la cafetería no haya superficie suficiente para instalar más mesas y dar cabida a todos los clientes. No obstante, apunta una tendencia entre los vecinos de Guadalajara «observamos que muchos hacen sus pedidos para llevar».
Más de 100 años de historia
A pesar de que la pastelería recupera el nombre de los anteriores propietarios es un establecimiento que nace de un nuevo proyecto. «Era casi una obligación al estar en el mismo local que tantos ocupó la Flor y Nata de la familia Hernando» señala Francisco Zaragoza, «pedimos permiso a la familia para poder utilizar el nombre y nos lo dieron, estaban encantados».