Desde su consulta en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo la psicóloga Esther Gómez Rubio lleva años viendo cómo, muchas veces de forma repentina, la vida da un vuelco y coloca a las personas ante situaciones muy traumáticas. Un accidente de tráfico, una enfermedad… a través de sus pacientes ha podido conocer historias de sufrimiento, de angustia por el futuro, de depresión…

Pero fue en 2015 -con solo 44 años le diagnosticaron Parkinson- cuando se pudo poner en la piel de aquellas personas que llegaban a su despacho en silla de ruedas. Sintió también que su vida se había roto. Como ellos, negó en un primer momento la realidad y pasó igualmente muchos días que no podía dejar de llorar.

Fruto de todas estas experiencias y de la suya propia y fiel como siempre ha sido a sus ganas por ayudar a los demás, Esther Gómez Rubio ha desarrollado numerosas herramientas on line que, dirigidas a pacientes, familiares y al público en general, proporcionan recursos para afrontar la adversidad. Sabe que tras una fase de crisis y hundimiento también existe el renacer, la superación e incluso el crecimiento personal -ella misma lo ha experimentado-, de ahí que sus mensajes vayan encaminados a mostrar la luz al final del túnel.

Hace dos años puso en marcha un canal de Youtube en el que ha incluido alrededor de 350 videos que hablan del cerebro, de cómo cuidarlo, de inteligencia emocional, del manejo de la agresividad, de cómo prevenir el suicidio… Otros proponen ejercicios de gimnasia mental para preservar la memoria visual y verbal, estimular la atención y la creatividad… Llega a recopilar incluso testimonios de pacientes y expacientes que narran su periplo vital. Esto último es importante para Esther Gómez ya que «muchas veces lo que más llega es la experiencia de vida».

Destinado más en concreto a aquellos que padecen enfermedades neurodegenerativas como la suya y a los que sufren enfermedades crónicas, su libro electrónico «Learning with emotions» («Aprendiendo con emociones»), de libre disposición en la plataforma One Drive, busca fomentar la motivación, fuerza y energía de estas personas, sirviendo de guía para el entrenamiento cognitivo-emocional.

Todos estos contenidos se complementan con la página web afrontarladversidad.es y su película «Ser feliz en la adversidad», donde -como en los anteriores recursos- hace uso de la música como elemento que multiplica el efecto del mensaje.

Un apoyo más allá del hospital

«Mientras permanecen ingresados en el Hospital de Parapléjicos los pacientes se sienten protegidos. Sin embargo, una vez que salen de aquí no saben qué va a ser de ellos; tienen que empezar de cero». La neuropsicóloga explica que siempre ha estado muy preocupada por la evolución de sus pacientes, motivo por el cual empezó a indagar en el mundo de Youtube e Internet, muy desconocido para ella hasta el momento. «Es una manera que tengo de llegar a ellos una vez están en sus casas». Incluso cuenta con grupos de WhatsApp.

Esther Gómez -que nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) pero lleva muchos años viviendo en Madrid- siente que debe mucho a sus pacientes, más ahora que se enfrenta a una enfermedad tan dura como el Parkinson. Es la actitud que vio en ellos, sus ganas de vivir y de luchar, las que le ayudaron a seguir adelante y a ver la parte positiva del Parkinson y es que, «desde que me lo diagnosticaron, les comprendo mejor y eso me sirve para hacer mejor mi trabajo». «No soy solo una psicóloga que lee libros y estudio; sé lo que es sufrir, llorar, sentirse débil y superarlo; hablo desde la experiencia».

Sostiene que una enfermedad neurodegenerativa es de lo peor que le puede ocurrir a una persona ya que «te ataca al cerebro». «Yo sé que voy a acabar en una silla de ruedas y -al haber aparecido tan pronto el Parkinson- también soy consciente de que hay un 95 por 100 de probabilidades de que acabe desarrollando una demencia». Sin embargo, también sabe que «lo emocional y la actitud influye mucho». «Está demostrado que intentar ser feliz, cuidarse y mantener una actitud positiva influye en la evolución de las enfermedades neurodegenerativas».

En este sentido, ella se empeña en valorar, no lo que está por venir, si no lo que tiene ahora, «en lo afortunada que soy por valerme por mí misma». Para ella la mejor terapia es entregar su tiempo a ayudar a los demás y en volcarse por ser un ejemplo de lo que recomienda en su consulta.