viernes, 22 de noviembre de 2024
Gif: Rebeca Arango
Viajar por Castilla-La Mancha - 25 abril 2024 - Toledo

Aquí os dejamos los 10 pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha, dos por provincia, para visitar en primavera y poder programar tu viaje de desconexión durante unos días en la estación de las flores y los colores.

Castilla-La Mancha es la región por excelencia para disfrutar del turismo rural, donde su rica variedad te lleva desde pueblos medievales, a la ruta que hizo El Quijote, pasando por enclaves extraordinarios por su localización geográfica o rincones espectaculares por su entorno natural.


Ciudad Real

Campo de Criptana

Los confundió con gigantes, pero solo eran molinos. Estamos en Campo de Criptana, en la provincia de Ciudad Real, cuyos molinos convirtió Cervantes en universales. Hasta 34 había en el siglo XIII, aunque ahora solo se conservan 10, tres de ellos de la época de El Quijote.

En la Sierra de los Molinos podemos visitar el Molino Infanto, con los mecanismos originales del siglo XVI, el silo excavado en la roca junto al molino donde se guardaba el grano; el molino culebro, dedicado a Sara Montiel; así como el Museo Eloy Teno, un espacio dedicado a artesanos como Eloy Teno, Antonio Manjavacas o Seceriano Lucas.

Campo de Criptana. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Campo de Criptana. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Almagro

Almagro, declarado Conjunto Histórico-Artístico, atesora importantes remodelaciones a lo largo de los siglos y su estado actual se debe al cambio sufrido a finales del S. XIX y principios del XX. Uno de los elementos más importantes de la localidad es el Corral de Comedias, que fue construido en 1628 y es conocido en todo el mundo por ser el único que permanece activo tal y como era hace casi cuatrocientos años. Posee dos pisos con aposentos y ganchos para colocar el toldo que protegía a los espectadores en las horas de sol; así como los de las velas o candiles de aceite.

En julio se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico, quizás el más importante del mundo en su temática. Durante 20 días, más de 60.000 asistentes acuden al singular escenario que conforman corrales, teatros, palacios, plazas y calles para asistir a las representaciones y a la infinidad de actividades paralelas que se programan.

Almagro. Foto: Rebeca Arango.

Almagro. Foto: Rebeca Arango.

Toledo

Oropesa

A la Edad Media también nos llevará Oropesa, en la provincia de Toledo. Allí, su imponente castillo del Siglo XII preside la comarca a la que da nombre el pueblo, la Campana de Oropesa. Un castillo que alberga un Parador de Turismo, donde podremos dormir como si fuésemos un noble del medievo.

El legado árabe también se nota en el municipio, como en el propio trazado de las calles, en los restos que se conservan en el castillo e incluso en una leyenda sobre el nombre del municipio, puesto que, según cuenta, los musulmanes apresaron a una princesa y pidieron un rescate que suponía el peso de la dama en oro, de ahí el Oro-pesa. De hecho, el Rescate de la Princesa es una de las escenas que se representa en sus famosas Jornadas Medievales, que además se celebran en el mes de abril, por lo que esta primavera es el momento ideal para visitar el municipio toledano.

Oropesa. Foto: Rebeca Arango.

Oropesa. Foto: Rebeca Arango.

Consuegra

Con sus 12 molinos de viento, construidos en el siglo XIX, y el castillo de la Muela, Consuegra está dividido en dos por el río Amargillo y mezcla en perfecta armonía edificios monumentales con casonas de arquitectura popular con patios y azulejería, ofreciéndonos pinceladas del tipismo manchego y castellano.

En el cerro Calderico, donde se puede imaginar la batalla de Don Quijote contra los gigantes, los Carpetanos fundaron el primer asentamiento en el siglo VI a.C. Posteriormente, en el siglo II a.C. los Reinos y Califatos pelearon por Consocra, edificando un castillo milenario en el que se albergó la sede la Orden de San Juan de Jerusalén desde 1183, siendo Consuegra la capital del Gran Priorato de San Juan de Jerusalén en Castilla y León.

Molinos de Consuegra. Foto: Sara M. Trevejo.

Molinos de Consuegra. Foto: Sara M. Trevejo.

Cuenca

Belmonte

En plena Mancha baja, Belmonte es un pueblo declarado Conjunto Histórico Artístico y uno de los más bellos de Castilla-La Mancha con sus estrechas callejuelas, plazas y cuestas… El castillo es uno de los más activos e impresionantes de España de estilo gótico-mudéjar. Restaurado y convertido en museo.

El siglo XVI fue la época de mayor esplendor de la villa. Tres culturas, tres religiones, estuvieron entre estos muros: cristianos, musulmanes y judíos. Por la localidad pasaron además Franciscanos, Dominicas, Concepcionistas, Jesuitas, Dominicos, Trinitarios y Susulinas; además, contaba con un Corral de Comedias. La Colegiata de San Bartolomé, reclama su matriarcado sobre la villa en un estilo mayoritariamente gótico.

Se recomienda perderte por las calles de Belmonte: buscar la casa natal de uno de los hijos más ilustres de la villa, Fray Luis de León; las ruinas del Hospital de San Andrés; el convento de los Trinitarios en la calle Lucas Parra; la Casa Bellomonte, en la misma calle; atravesar las puertas de la muralla; el Palacio del Infante Don Juan Manuel; y, quizás por último, un atardecer desde el molino «El Puntal»…

Belmonte. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Belmonte. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Alarcón

Sobre un peñasco, Alarcón se encuentra encajonado entre las abruptas gargantas del río Júcar, fue declarado Conjunto Histórico Artístico por la belleza y armonía en que conviven sus monumentos y su entorno. Son los árabes los que levantan la primera fortaleza y es de su lengua de donde proviene el topónimo.

El castillo de Alarcón conserva parte de su aroma musulmán, pero sus posteriores reformas nos muestran su original estructura medieval. Es uno de los mejor conservados de España, gracias a que jamás se vio envuelto en ninguna contienda. Asimismo, la plaza del Infante Don Juan Manuel es uno de los puntos más elevados del pueblo y parece mantener las dimensiones de lo que debió ser la plaza del siglo XVI. Aquí están el Palacio del Concejo y la Iglesia de San Juan Bautista. Además, la iglesia de Santa María fue erigida en el Renacimiento con vocación de «templo ideal» según los cánones de la época y roza esa aspiración de perfección.

Alarcón. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Alarcón. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Albacete

Letur 

Letur constituye el conjunto árabe más importante de la provincia; su casco antiguo, de trazado musulmán, realizado en tapial a base de tierra, agua y cal está declarado Conjunto Histórico Artístico. Situado en el bello enclave natural de la Sierra del Segura, el pueblo convive en estrecha armonía con la naturaleza. La villa es atravesada, literalmente, por el agua, siempre presente.

Todas las calles y callejuelas se concentran en torno a la plaza Mayor, centro histórico en el que se levanta el edificio más emblemático de la localidad: la iglesia de Santa María de la Asunción, del siglo XVI. También se puede visitar la Ermita del Alto o de La Concepción por donde se debe de acceder a través de una empinada escalinata. No obstante, lo más llamativo de Letur son sus miradores: ‘La Molatica’, ‘San Sebastián’ y ‘Arco de las Moreras’.

Letur. Foto: Turismo Castilla-La Mancha.

Letur. Foto: Turismo Castilla-La Mancha.

Alcaraz

Alcaraz cuenta con un privilegiado entorno natural en el que se combinan intrincados valles y abruptas sierras. En su conjunto monumental destaca la plaza Mayor, el arco de Zapatería, desde el cual podemos tomar el camino que lleva al cementerio de Alcaraz, donde se encuentra la tumba de Francisco Ríos “El Pernales”, famoso bandolero de principios del siglo XX. En el lado abierto de la plaza está la iglesia de la Santísima Trinidad, única iglesia gótica homogénea de la provincia de Albacete.

En los alrededores encontramos el castillo de Alcaraz, casi en ruinas, una edificación que tuvo siete puertas principales, lo que da una idea de lo impresionante de la construcción y del esfuerzo que supuso el asedio y la toma por Alfonso VIII en 1213. Tras la Batalla de Alcaraz, el enclave se configuró como un punto estratégico fundamental en el control castellano del suroeste peninsular.

Alcaraz. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Alcaraz. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Guadalajara

Sigüenza

Sigüenza situada estratégicamente para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado, la zona estuvo poblada desde el Paleolítico, y en el cerro de Villavieja o Mirón se asentaron los celtíberos. La Edad Media se convierte en un hervidero y dejaría su marca en buena parte del variado y atractivo patrimonio monumental que encierra la ciudad.

En la calle Yedra se puede contemplar la fachada de la Casa Plateresca; algunos autores señalan este palacio como la sede del tribunal de la Inquisición en Sigüenza. Por sus calles se puede ver el empedrado y la piedra rojiza son una seña de identidad.

Algunos de sus edificios más importantes son la Catedral, las capillas de San Pablo o la Casa del Doncel, un bello edificio de estilo gótico civil, ubicado en el corazón de la ciudad medieval. También, se puede visitar la mole del castillo. Lo que fue en su origen una alcazaba árabe, ampliación de un pequeño castillo visigodo y un castro romano, es hoy, tras su restauración, Parador de Turismo.

Sigüenza, Guadalajara. Foto: Rebeca Arango.

Valverde de los arroyos

Valverde de los Arroyos es, sin duda, uno de los lugares más característicos y representativos de la Arquitectura Negra de Guadalajara y ofrece una perfecta simbiosis entre su conjunto arquitectónico popular y el paisajístico. Numerosos arroyos y torrenteras confirman el porqué del nombre del pueblo. En la plaza Mayor se encuentra una tosca y bella iglesia que alberga una antigua Cruz Procesional del siglo XVI, realizada por el orfebre Diego Valle, oriundo de Segovia. Junto a ella, el caminante encontrará el característico juego de bolos que servía a los montaraces habitantes de estas tierras como hobby.

El visitante descubrirá una original diferencia en las fachadas de esta villa respecto a las del otro lado del Ocejón, y es que la arquitectura negra se ha valido de pequeñas balconadas como elemento constructivo pensado para dar luz a las plantas superiores distribuidas con alcobas.

Además, uno de los atractivos de la localidad son las numerosas rutas de senderismos que se pueden hacer, como el camino del collaillo o las Chorreras de Despeñalagua.

Chorrera de Despeñalagua, en Valverde de los Arroyos. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

Chorrera de Despeñalagua, en Valverde de los Arroyos. Foto: Turismo de Castilla-La Mancha.

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