El estudiante talaverano Nacho Ochaíta del Río, de 23 años, llegó a Cracovia (Polonia) el pasado 8 de febrero con la intención de seguir sus estudios de Telecomunicaciones, en la especialidad de Ingeniería Telemática, que cursa en la Universidad Politécnica de Madrid, gracias a una beca Erasmus (un programa que apoya y facilita la movilidad académica de estudiantes y profesores universitarios dentro de la Unión Europea), y en teoría debería estar allí hasta el 30 de junio.
Su vida, como la de todos los españoles que están dentro o fuera del país, ha cambiado radicalmente en los últimos días. Porque él también está confinado en su residencia universitaria y aunque la Embajada de España en Polonia les ha ofrecido regresar en vuelos chárter, él de momento prefiere quedarse en tierras polacas porque la situación es absolutamente diferente a la que se vive aquí.
Un Erasmus al que han ofrecido regresar en vuelo chárter pero que ha preferido quedarse
«Los polacos han tenido mas conciencia social o cívica y cuando se realizaron las recomendaciones de no salir, la gente se quedó en sus casas».
De hecho, en estos momento en Polonia se contabilizan apenas 305 casos de personas que han dado positivo en coronavirus y se han producido cinco muertes.
Nacho estudió en el colegio público Hernán Cortés y en el IES Puerta de Cuartos, en Talavera, antes de marcharse a Madrid para iniciar sus estudios de Telecomunicaciones.
¿Su día a día en estos momentos? «Pues asistir a las clases telemáticas y salir de la residencia exclusivamente para hacer la compra». O pasar el rato con algunos de los 30 estudiantes (tres españoles, dos asturianos y él, más un italiano, una colombiana, algún polaco que no ha regresado a su casa…) que en estos momentos quedan en el edificio (hay 16 en total) de su residencia.
Él espera que las clases presenciales, pero solo es una suposición porque el coronavirus cambia los planes de cada uno de nosostros a diario, «se retomen después de Semana Santa. Nos enteramos de lo que sucede aquí por lo que nos comenta la propia Universidad y la Oficina Internacional».
Una experiencia diferente…
Aunque la distancia física con su familia en estos momentos es kilométrica, el WhatsApp, los chats y los videos facilitan que «se reduzca» de forma considerable.
Aún así, a 230 kilómetros de Cracovia, concretamente en Wroclaw, se encuentra uno de sus mejores amigos, el también Erasmus y talaverano Francisco Javier Alonso Gutiérrez, quien cursa Ciencias Políticas. Aunque no se puedan ver, saben que se tienen el uno al otro… ¡Ánimo!