La Semana Santa pasada por agua que se está viviendo en Castilla-La Mancha tuvo una pequeña tregua este Viernes Santo, puesto que las procesiones en las principales ciudades de la región se pudieron desarrollar en la tarde noche.
Así, Toledo pudo disfrutar de sus cuatro procesiones, que culminan siendo solo una. A pesar de que comenzó a chispear poco antes de que comenzaran, lo cierto es que finalmente pudieron salir. Se trata de la del Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Caridad; el Lignum Crucis; el Cristo del Calvario y Nuestra Señora del Rosario; y la Procesión del Santo Entierro (Cristo del Descendimiento, Sra. de las Angustias, Santo Sepulcro y Ntra. Sra. de la Soledad).
Además, por la noche, también tomó partida la del Cristo de la Buena Muerte.
En Cuenca, después de cinco procesiones canceladas y quedarse sin la más famosa, el Camino del Calvario, «Las Turbas», los conquenses pudieron disfrutar y mostrar su devoción ante la Procesión del Santo Entierro. Que comenzó sobre las 21 horas en la Catedral de Cuenca, hasta terminar varias horas después en la Iglesia de El Salvador.
En Ciudad Real, donde la borrasca Nelson ha obligado a cancelar también varias procesiones, este Viernes Santo también dejó permitió que se desplegase por las calles de la capital la solemnidad y el respeto por la procesión del Santo Entierro.
En Albacete, a pesar de sufrir dos retrasos, la procesión del Santo Entierro finalmente pudo tomar partida a las 20:45 horas.
Mientras que en Guadalajara, donde también se habían suspendido algunas procesiones, como la del Silencio, la borrasca dio una tregua y se pudo desarrollar la Procesión del Silencio y Santo Entierro.
También en otros lugares clave, como en Tobarra, que pudieron continuar con su tamborada, con la Bendición del Calvario. Al igual que en Hellín.