Laura Cabanes, la benjamina de la delegación castellanomanchega en los Juegos Olímpicos, se despide de la cita parisina con buen sabor de boca, unas semifinales en el 200 mariposa que es «una motivación para poder seguir y conseguir otras metas».
En una entrevista con encastillalamancha.es, la nadadora de Daimiel de solo 18 años ahora se fija como objetivo mejorar cada año para poco a poco «estar más cerca» de cara a los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 y aspirar a meterse en una final olímpica.
«Ahora creo que en las siguientes olimpiadas las podría conseguir mínimas, incluso en más de una prueba. Hay lucharlo, porque son cuatro años y creo que con el trabajo, sabiendo lo que quieres, con toda la motivación del mundo en cada entrenamiento, poniendo de tu parte para conseguir la meta, es lo primordial y se puede conseguir», ha subrayado esta joven que ha vivido su primera competición mundial en estos Juegos Olímpicos, y seguro que nunca los olvidará.
Lo importante, «disfrutar del proceso»
Para ella, lo más importante de lo vivido en París ha sido «disfrutar del proceso», porque eso es lo que, según explica, la alienta para ir mejorando y aspirar a cotas más altas, como las que tiene por delante el año que viene con los mundiales de piscina larga y corta.
«El año que viene hay que rebajar bastante los tiempos e intentar meternos en finales, sobre todo en el de larga, en el de corta se me complica un poco más. Sobre todo el tiempo, rebajar los tiempos, que es lo que te da las puertas a esas finales», ha incidido Cabanes, que se muestra ambiciosa, pero sensata a pesar de su corta edad.
París, la Villa Olímpica…
De momento Cabanes seguirá unos días disfrutando de París y de los Juegos Olímpicos, hasta el día 5 no regresa a España junto al resto del equipo de natación. Siente mucho «orgullo» de haber logrado estar en la Villa Olímpica, la clasificación a los Juegos era unos de los objetivos de la temporada, aunque todavía no termina de creerse el estar compartido espacio con tantas estrellas del deporte.
«Ver a toda la gente con la que compartes que a nivel absoluto han conseguido tantas cosas, que son referentes para nosotros, supone mucho orgullo de haber logrado estar aquí», ha subrayado sobre la Villa Olímpica, la cual describe como una «pequeña ciudad», en la que debido a su importante tamaño, hay incluso bicis y carritos para poder moverse.
También destaca la gastronomía, donde «hay diferentes tipos de restaurantes. Uno que se llama Mundo, que tienes un poco más de variedad, también el de Francia, el de Halal, el de Asia, tiene cosas para todos tipos de gustos».
Una de las cuestiones que más le ha llamado la atención ha sido el poder intercambiar pines con otras delegaciones, para así poder ir agrandando su colección, que seguro que en Los Ángeles 2028 podrá seguir ampliando.