El sábado 3 de junio tres terroristas se adentraron en el London Bridge, comenzaron a atropellar a los viandantes y cuando pararon el vehículo empezaron a agredir a las personas con grandes cuchillos. El resultado del atentado fue terrible: siete personas perdieron la vida y 48 personas fueron heridas, 21 de ellas graves. Los tres asesinos también murieron. Hay un español desaparecido desde el sábado en Londres.
Encastillalamancha.es ha hablado con cuatro castellano-manchegos que viven y trabajan en Londres. Cuentan su historia en una ciudad que vive aterrada pero que no quiere que los ataques terroristas que está viviendo el Reino Unido en los últimos tiempos condicionen en demasía sus vidas.
«Mi compañero vio cómo apuñalaban a gente, no quiere volver a trabajar ahí»
Rocío Bustos Sepúlveda es una conquense de 26 años que llegó a Londres hace un año y medio y trabaja como administrativa. El sábado, como a otros muchos españoles, el atentado le pilló en el centro. Con información que hoy día se vive en tiempo real, ellos se enteraron estando de fiesta, entraron en un bar y… No querían salir ni locos.
«Estábamos cerca de Oxford Circus cuando nos enteramos. Lo que hicimos fue meternos en un bar, no queríamos ni pisar la calle. Cuando te enteras de que iban atropellando gente con una furgoneta y que tres tíos con cuchillos andaban sueltos… Estábamos aterrados».
En un principio pensaban que solo estaba sucediendo en London Bridge, pero luego se dieron cuenta de que estaban por más puntos, el nivel de pánico aumentó. Lograron respirar cerca de la 1 de la mañana, cuando el compañero de Rocío, que vivió mucho más cerca la masacre, les dijo que ya había pasado el peligro, pero este portugués pasó una noche terrorífica.
El compañero de Rocío trabaja en un restaurante de Borough Market, mercado donde se produjo el asalto con los cuchillos. Allí vio cómo uno de los terroristas con cuchillo en mano iba apuñalando a la gente. De hecho una chica murió en la puerta del establecimiento. Ya no quiere volver a trabajar ahí.
La noche del sábado fue horrible para todos los que estaban en la capital del Reino Unido. «No dejaban de pasar helicópteros, daba muy mal rollo», explica Rocío. Según pasan los días, la ciudad intenta reponerse poco a poco de este duro golpe, sin embargo reconoce que el atentado sigue siendo el «monotema» de todas las conversaciones.
Nuestra primera protagonista ahora está un poco más tranquila porque ya no trabaja en el centro como hace unos meses, pero aun así «tienes que coger el metro y estás cagada». Explica que han subido «un montón la vigilancia, nos tienen avisados de que si vemos cualquier cosa sospechosa no dudemos en reportarlo a las autoridades».
El terror lo ha tenido muy cerca de casa. Un mes después de los atentados de Westminster, la Policía desarboló otro atentado y uno de los terroristas fue abatido muy cerca de su antigua casa, y no muy lejos de su actual vivienda. Nunca se puede saber, en una ciudad tan grande, donde puede aguardar el peligro.
Mi madre me dijo: Es el momento de que te vuelvas
Pero la conquense no se resigna, «tampoco puedes dejar de hacer vida por esto». Aunque reconoce que hay mucho miedo en la ciudad, ella no tiene intención de dejar de salir, «voy al centro todos los fines de semana, si quiero salir, tengo que ir allí». Sin embargo sí que hay algo que muy a su pesar se va a peder: el concierto de La Pegatina del próximo fin de semana.
«Para que te hagas a la idea, hay un concierto de La Pegatina, pues bien, no voy a ir. No tiene por qué pasar nada, pero es en King Cross y no me apetece meterme en un sitio donde haya tanta gente», asegura.
Mario confía en la sociedad londinense: «Está muy unida, se apoyan unos a otros»
Otro de los castellano-manchegos en Londres, Mario Núñez Cabañas, toledano de 30 años, pese a que no vive cerca del lugar del atentado sí frecuenta muy habitualmente la zona. Esa noche, junto con su novia, tenían pensado ir a ver la final de la Champions a algún bar cercano, pero tomaron una decisión de la que seguro no se arrepentirán, quedarse en casa.
Trabaja en la City en el sector tecnológico, en Hewlett-Packard Enterprise, y cruzan todos los días el London Bridge para ir a la oficina. La noche del sábado fue «muy agitada, todo el rato se oían helicópteros militares, sirenas de Policía y ambulancias».
Mientras la ciudad supera el duro golpe, él tiene que seguir llevando su vida como puede, «ayer trabajé desde casa, el puente estaba cerrado y han anunciado que la parada de metro sería un caos», reconoce.
Este joven toledano cree que no hay que someterse ante el caos que están provocando los terroristas, «las imágenes que podemos ver son terribles», pero aun así confía en la sociedad británica para sacar la situación adelante: «Es una sociedad muy unida y se apoyan unos a otros».
«Quizás piensan que están en guerra con Europa porque aquí vendemos las armas con las que ellos sufren ataques»
Javier López vive en Londres desde hace más de 20 años y el atentado le pilló en la playa, al sur del país, por lo que en los primeros días no tuvo contacto con ninguna de las zonas más afectadas por los atentados. Sin embargo, incluso en Brighton, la playa del sur de Inglaterra, se sintieron los ecos. Él contaba a encastillalamancha.es, ya de vuelta en Londres, que el conductor del tren, que normalmente solo avisa de la siguiente parada, en esta ocasión alertaba a los pasajeros para que estuvieran atentos a lo que sucede a su alrededor y avisaran a los cuerpos de seguridad ante cualquier situación que les pareciera sospechosa.
Miedo no es la palabra, no es que sienta miedo, pero sí que estás alerta y te das más cuenta de la gente que tienes alrededor
Él se enteró de los atentados por los mensajes de los amigos y, afortunadamente, todos los suyos supieron rápidamente que estaba fuera de Londres y se encontraba perfectamente. También estaba fuera cuando el atentado de Westminster, pero reconoce que a veces al pasar por las zonas que han sufrido ataques piensas: «Me podía haber tocado a mí».
Azafato de vuelo de profesión, Javier pasa fuera de Londres un tercio de su tiempo y cuando está de vuelta y después de los diversos atentados sufridos por la capital británica comenta que no siente miedo, pero… «Miedo no es la palabra, no es que sienta miedo, pero sí que estás alerta y te das más cuenta de la gente que tienes alrededor».
Javier López piensa que la reiteración de atentados en Londres tiene que ver con las conexiones del país y la capital con los problemas de Oriente Medio y lanza una reflexión. «Esto es una opinión muy personal, pero yo creo que deberíamos preguntarnos por qué están haciendo esto. Por qué eligen Londres, París… Quizás ellos piensan están en guerra con Europa y con el Oeste porque aquí vendemos las armas con las que ellos sufren ataques y con las que se bombardean escuelas y hospitales allí».
«Hay mucha psicosis y vigilancia en todos lados, pero estos ataques son muy difíciles de evitar»
Inés Delgado, toledana de 42 años, está en Londres desde hace más de cinco años y los atentados, además del miedo que ya producen a los londinenses, asegura que les están trastocando su vida diaria. Hay muchísimo más control, «ves más Policía, más helicópteros, incluso en el hotel donde trabajo tenemos medidas de seguridad especiales».
El sábado se encontraba viendo el partido entre la Juventus y el Real Madrid también en el centro, en el Soho exactamente, y se enteró del ataque a través de los españoles. «De los dos atentados me he enterado por España, allí os llegan antes las cosas». Su hermana enseguida dijo que se fuese a casa, cortaron el metro y la noche fue caótica.
De los dos atentados me he enterado por España, allí os llegan antes las cosas
La toledana asegura que estos ataques «no se pueden evitar», por más control policial que haya, «unos tíos con una furgoneta y acuchillando…». Explica que los dos atentados sufridos en Londres en las últimas fechas se han producido con el mismo modus operandi, y que de esa forma es muy difícil de evitar, «cuando es un explosivo, con más seguridad y controles se puede evitar».
«Hay mucha psicosis, esto es una locura», reconoce. Por toda la ciudad, explica, hay muchos carteles pidiendo que si hay algún bulto sospechoso, avisen. En el hotel en el que trabaja también tiene este mandato. Además, con el nivel de alerta crítico, aunque ya ha sido rebajado a «severo», se extreman las medidas de seguridad, en el hotel solo dejaban pasar a clientes y cada hora tenían que inspeccionar las instalaciones.
Aun así, ella también ha tomado algunas medidas de protección, «desde mucho tiempo evito el metro, como ya hubo un atentado ahí prefiero el autobús». Dice que no es «miedo» lo que siente y que pese a estos injustificados ataques hay que intentar hacer «vida normal». Y es que Inés se muestra pragmática en sus argumentos: «Si tiene que pasar, pasará, pero no puedes dejar de hacer las cosas que tienes que hacer por esto». En lo que más les ha trastocado la vida a los vecinos londinenses es en «el transporte», porque es el sitio donde más se han intensificado los controles. «Ayer tuve que ir al hospital y la seguridad que hay en él y en los alrededores es increíble la vigilancia que hay», subraya Inés.
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