La Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM) ha alertado hoy de la aparición en algunos ríos de Castilla-La Mancha de galápagos leprosos muertos a manos de pescadores, que les dan muerte tras ser pescados accidentalmente.
Fuentes de APAM-CLM han señalado a Efe que el galápago leproso es un reptil que vive en algunos ríos de la península ibérica y que está incluido en el catálogo de especies protegidas con la catalogación de especie de «Interés especial».
En las últimas semanas, han explicado estas fuentes, han aparecido colgados de árboles, machacados con piedras o decapitados algunos ejemplares, lo que supone un «macabro trato hacia esta especie».
Estas escenas son más habituales en algunos ríos pese a que son perseguidas por los agentes medioambientales y, en algunas zonas de la región, «se están consiguiendo evitar, con buenos resultados».
Los galápagos normalmente son capturados de manera accidental por los pescadores mientras practican la pesca, que en la mayoría de los casos optan por liberar estos ejemplares devolviéndolos al medio natural causándoles el menor daño posible.
Su captura se produce cuando acuden a picar los cebos naturales utilizados en anzuelos, ya que no es habitual que piquen en los señuelos de cucharilla.
Cuando los galápagos son capturados, el comportamiento más habitual entre el colectivo de pescadores es devolverlos al medio natural, sin embargo, «existe una minoría de desaprensivos que deciden aplicar prácticas macabras para darles muerte», han señalado estas fuentes.
APAM-CLM ha recordado que existe una orden en Castilla-La Mancha que protege estas especies y a su vez le asigna una valoración económica, por la que las personas que le dan muerte están obligados a pagar una cantidad de dinero en concepto de indemnización a la sociedad.
En el caso del galápago leproso, esta cantidad se establece en 300 euros por ejemplar, a lo que se une la sanción que se impone por pescar una especie protegida.
Estas mismas fuentes han comentado que en algunos casos se han llegado a encontrar hasta 13 ejemplares colgados de árboles, si bien han querido matizar que la mayor parte de los pescadores actúa con respeto a estas especies y los devuelve a su medio natural.
El galápago leproso se distribuye en el suroeste de Europa (España, Portugal y sur de Francia) y en el noroeste de África (Marruecos, Argelia, Túnez, oeste de Libia, Níger, Mali y sur de Mauritania).
En la península ibérica, encuentra en la actualidad una de las mayores poblaciones de la especie a escala mundial y es más común en comunidades como Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía y el sur de Portugal.