El Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha y la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo desarrollarán la cuarta campaña para prevenir la violencia de género en Navidad, a través del reparto de casi tres millones de servilletas y posavasos en unos 700 establecimientos de la región.
Este año, la campaña se desarrollará con el lema «Contra la violencia de género y el machismo en Castilla-La Mancha vamos con todas las de la ley», como se refleja en los carteles que se van a distribuir en los establecimientos colaboradores, han indicado hoy la directora del Instituto de la Mujer, Araceli Martínez y el presidente de la Federación Regional de Hostelería, Alfonso Silva.
[ze_summary text=»Es el cuarto año consecutivo que se celebra la iniciativa»]Es el cuarto año consecutivo que se celebra la iniciativa[/ze_summary]
Asimismo, han apuntado que es el cuarto año consecutivo en el que se pone en marcha, y que en esta ocasión se han adherido en torno a unos 700 establecimientos de la región, desde bares pequeños hasta hoteles de cuatro estrellas, ha informado Silva, aunque ha matizado que hay muchos más que querrían colaborar pero que no van a participar por problemas logísticos de reparto y también de presupuesto.
Entre los establecimientos colaboradores se van a distribuir 400.000 posavasos en los que figura el lema «La violencia machista no se tapa» y 2,5 millones de servilletas, en las que aparecen los mensajes «Tu papel es clave» y «El machismo mata», acompañados en ambos casos con el teléfono de atención a las mujeres víctimas de violencia de género 900-100-114.
[ze_summary text=»Nosotros atendemos a todos los clientes que llegan, incluso a los malos»]Nosotros atendemos a todos los clientes que llegan, incluso a los malos[/ze_summary]Silva ha confiado en que la campaña sea exitosa y ha apuntado que «nosotros atendemos a todos los clientes que llegan, incluso a los malos» y espera que contribuya a la solución del problema porque «los maltratadores también son usuarios de los bares» y al coger una servilleta o un posavasos pueden notar «que tienen en el cogote el aliento de la sociedad».
«Alguien que dio la vuelta a un posavasos»
A preguntas de los periodistas, Silva ha comentado que en los tres años anteriores los hosteleros han percibido que «la mayoría de los clientes ven con agrado que el sector colabore en la resolución del problema», de forma que solo conoce un caso anecdótico «de alguien que dio la vuelta a un posavasos».
En este sentido, ha considerado que las campañas están calando y se ha remitido a «la teoría del martillo«, que refleja «como un clavo que se clava en una tabla y no la atraviesa, sino que periódicamente hay que ir a dando golpes de martillo y al final acabará atravesándola».
En similares términos se ha expresado Araceli Martínez, que ha dicho que con este tipo de campañas «incidimos en el cambio de actitud, no se produce de la noche a la mañana, se necesita tiempo, por eso siempre es importante seguir por la linde que se ha marcado».
Se trata de «una linde de consenso entre las asociaciones de mujeres, las entidades feministas y también las personas expertas que comprenden que hay que actuar desde todos los ámbitos y con todos los soportes posibles para prevenir la violencia de género», ha añadido.
Martínez ha defendido esta campaña en unas fechas en las que «se hace mucha vida en los bares, en festejos familiares y con los compañeros de trabajo y creemos que es un vía rápida para llegar de manera generalista a la población y particularmente a las personas más jóvenes».
[ze_summary text=»Araceli Martínez: Con los mensajes de servilletas, posavasos y carteles se pretende empoderar a las mujeres»]Araceli Martínez: Con los mensajes de servilletas, posavasos y carteles se pretende empoderar a las mujeres[/ze_summary]La directora del Instituto de la Mujer ha señalado que con los mensajes de servilletas, posavasos y carteles «se pretende empoderar a las mujeres, que sean capaces de identificar cuando se está produciendo violencia de género y que sean muy conscientes de que en todas sus manifestaciones, en particular de la violencia sexual, tienen el derecho a parar una relación cuando ellas lo deseen».
Las mujeres «no están obligadas, aunque hayan iniciado una relación sexual, a ir más allá de lo que verdaderamente deseen y no se las puede ni violentar ni obligar y si eso sucede, se sienten coaccionadas física o psicológicamente, se está produciendo una agresión sexual y para eso ponemos a su disposición la línea 900-100-114, para que todas las situaciones puedan ser atendidas», ha subrayado.
A su vez, los hombres «además de reivindicar las nuevas masculinidades deben de implicarse en la reprobación de los agresores», y no deben tolerar actitudes sexistas, ni ninguna forma de violencia de género, ha dicho Martínez.