Una madre ha iniciado una petición en la plataforma Change.org para pedir enfermeros escolares en Castilla-La Mancha, y ya ha recogido más de 200 firmas.
Según explica, su hijo Lucas tiene diabetes tipo 1 desde julio y solo tiene 3 años. «Ahora mismo en cuestión de minutos pasa de tener el azúcar de niveles altos a niveles muy bajos, tanto que puede llegar a desmayarse y ocurrir una desgracia. Este tipo de enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida de un niño y no tiene nada que ver con su alimentación ni con su estilo de vida».
Lucas, con tres años y diabetes tipo 1, se mide el azúcar a sí mismo en el colegio
Lucas ha empezado el cole este año y, según su madre, está siendo «un desastre«, igual sale con el azúcar en 300 que con hipoglucemias. Según su madre, el pequeño se mide solito pero a veces no se lo recuerdan y puede pasar más de 1 hora y media sin controlar.
«Hemos pedido un enfermero que le pueda controlar y pinchar cuando lo necesite, pero seguimos esperando y aunque lo autoricen solo será de manera temporal. Me han llegado a decir que no lo escolarice o que adapte mi vida a las circunstancias de mi casa, por supuesto, nada de esto por escrito», recalca la madre.
Según manifiesta, «si su hijo tuviera otro tipo de enfermedad o discapacidad se le atendería en el colegio», pero en el caso de Lucas, «como hay que pincharle insulina, no se hacen cargo».
Todo esto, según recuerda su madre, vulnera su Derecho a la Educación, artículo 27 de la Constitución, y su Derecho a la Igualdad, artículo 14.
«Necesitamos enfermeros escolares»
«No es solo por él, mañana podría ser tu hijo, el hijo de tus amigos o tu sobrino al que le pasase lo mismo con ésta u otra enfermedad. Necesitamos enfermeros escolares para que cuiden de nuestros hijos en el cole, le den las medicinas y los cuidados que por desgracia muchos de ellos necesitan para poder vivir».
Según la ley 5/2014 de Protección Social y Jurídica de la Infancia y la adolescencia de Castilla-La Mancha, la atención de la infancia tiene «prioridad presupuestaria» y las medidas que se adopten tienen que favorecer la «plena integración social de los menores».
Sin embargo, según esta madre, «no se está cumpliendo». «Cada día que pasa en el colegio es un día en el que vivimos con el miedo de que le pueda pasar algo», apunta.