Mañana domingo se clausura en el Alcázar de Toledo, sede del Museo del Ejército desde 2010, la exposición sobre la figura del Gran Capitán que ha sido visitada por más de 116.000 personas.
La exposición, abierta al público desde el pasado mes de setiembre, recorre la apasionante e intensa vida del primer caballero del Renacimiento, el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba con motivo del quinto centenario de su muerte, que se conmemoró el pasado 2 de diciembre.
Según datos aportados a Efe por el Museo del Ejército, más de 116.000 personas han visitado esta exposición que después de Toledo está previsto que viaje a Córdoba, de mayo a julio, y probablemente también a Granada debido a la relación que ambas ciudades tuvieron con el personaje.
Una veintena de instituciones y numerosos particulares han colaborado en esta exposición centrada en una figura de ámbito internacional, admirada en buena parte de Europa y que lejos de ser un mito polémico aglutina unanimidad sobre sus dotes como estratega y militar, y su trabajo a favor de la tolerancia y el diálogo.
En la muestra se han visto interesantes documentos históricos, entre ellos manuscritos de Fernando el Católico, y numerosas piezas relacionadas con el Gran Capitán, como la marlota, las botas, los zapatos y la espada de su amigo el rey Boabdil.
Boabdil fue capturado por el conde de Cabra, quien recibió del rey unos privilegios que también ha recogido la exposición: un documento singular porque aún conserva el sello rodado, de plomo, de los Reyes Católicos.
El Archivo de Simancas ha cedido para la ocasión las cuentas auténticas de Gonzalo Fernández de Córdoba, las que rendía al rey al final de cada campaña y que llaman la atención por su minuciosidad.
Reflejan las libranzas, los salarios y de forma pormenorizada todos los gastos de las campañas de Italia, algo que contribuyó a formar el mito literario y popular del Gran Capitán y sus famosas cuentas.