Más de 200 personas se han manifestado en la localidad toledana de Cebolla, con gran indignación, contra la empresa de estructuras metálicas y montajes industriales Emiliano Madrid, a la que reclaman que mantenga los puestos de trabajo y abone las nóminas que adeuda desde diciembre a parte de la plantilla.
Los sindicatos CC.OO. y UGT han convocado la protesta, y recuerdan que de los casi 600 trabajadores que la empresa tenía hace pocos años, quedan ahora 150 en plantilla, tras sucesivos ERE, de los cuales, todos menos una decena, pasarán este mes a un expediente suspensivo de tres meses, tal y como ha explicado a Efe Ángel Mora, responsable de Industria de CC.OO.
La protesta ha partido de la plaza del Ayuntamiento y ha llegado a las 10.10 de la mañana a las puertas de la empresa, ubicada en la carretera CM-4000, por lo que la Guardia Civil ha procedido a cortar el tráfico y desviar a los vehículos.
Carlos Duque, secretario general del Metal de UGT, ha pedido que se paguen las nóminas pendientes a los trabajadores, que dependiendo de los casos, son entre cinco o seis mensualidades.
Duque ha alertado de la repercusión para la comarca de dejar «sin futuro y en la calle» a muchas familias, algunas de las cuales han dado testimonio a la prensa de sus apuros económicos o de la necesidad de vivir de sus padres, mientras esperan cobrar parte de lo adeudado del Fondo de Garantía Salarial.
El sindicalista de UGT sostiene que «la empresa tiene trabajo» y ha pedido a las entidades bancarias que permitan el flujo de financiación para que Emiliano Madrid pueda responder a sus pedidos y así afrontar sus deudas.
El ambiente entre los manifestantes era de gran enfado, y han llamado «estafadores», «ladrones» o «caraduras» a los responsables de la empresa, y portaban pancartas donde se leía «Habéis arruinado al pueblo», «Emilianos, embusteros, os quedáis con nuestro dinero», «Menos aparentar y más pagar» o «Ladrones, nos quitáis las ilusiones».
Uno de los socios de la empresa, Esteban Madrid, ha declarado a la prensa «creo que no nos merecemos, tras 50 años, este bullicio y este malestar» y ha añadido que las obras más importantes que tenían «se han parado y la gente lo sabe todo».
Ha explicado Madrid que cinco años atrás, cuando la crisis empezó podían haber cerrado la empresa liquidando correctamente a todos los trabajadores, pero entonces, dice, «actuamos con el corazón y no nos arrepentimos, porque, ¿cómo cierras y dejas a tu pueblo sin trabajo, familia, hijos, amigos de tus hijos, hijos de tus amigos?».
En la puerta de la empresa, completamente cerrada con una verja metálica, y bajo un sol abrasador, se ha leído un comunicado, donde reclaman cobrar por los meses que han trabajado y hacen un alegato a favor de la dignidad de los trabajadores, algunos de los cuales han dedicado décadas de su vida a levantar la empresa con su esfuerzo, han dicho.