sábado, 23 de noviembre de 2024
Artículo de opinión 27/11/2016junio 7th, 2017

Jesús Camacho.

«Puertollano, 27 de noviembre de 2016. El 28 de noviembre de 1976 se constituía formalmente en Puertollano la primera Unión Local de CCOO de Castilla La Mancha.


Antes, en esta localidad, y en otras donde el movimiento obrero estaba más concienciado y contaba con organizaciones activas oponiéndose a la dictadura y reclamando libertades, se venían sucediendo reuniones y asambleas clandestinas desde hacía unos dos años. Los partidos políticos de izquierda eran perseguidos, en algún caso se encontraban aletargados, y las CCOO era un referente sociopolítico que, surgido tras la huelga de 1962 en la minería del carbón y en el complejo de Encaso, mantenía un pulso claro en el mundo del trabajo.

Nacieron las CCOO y se reactivaron la reclamación y la lucha. Se celebraron elecciones sindicales en 1966 y las candidaturas de las clandestinas CCOO recibieron un gran respaldo. Llegaron conflictos, negociaciones y represalias. En los años 70 se descabezó al PCE y a CCOO, se llevó al TOP –o se despidieron y represaliaron- a unos ciento treinta trabajadores de la zona, mayoritariamente de Encaso, de la minería de la SMMP y de empresas auxiliares.

Todos ellos fueron despedidos, desposeídos de su trabajo, de su libertad y de su sustento. El régimen franquista no cejaba en su empeño, y buscaba sucederse a sí mismo; seguía siendo duro, opresor y vengativo, y no mostraba desfallecimiento para reprimir los derechos de huelga, reunión, manifestación y sindicación.

La Brigada Político Social y el Tribunal de Orden Público eran sus instrumentos para la represión estatal y patronal, sus pilares para acallar las legítimas aspiraciones de los trabajadores y trabajadoras, para evitar la llegada de la primavera del triunfo de los trabajadores.

Y, a pesar de todo ello, el prestigio de Comisiones Obreras creció, amplió su capacidad como movimiento antifranquista y de lucha a favor de las libertades y la democracia. Se extendió una cultura política y reivindicativa en toda España, prendieron las ideas y el programa reivindicativo de la parte más combativa y organizada del movimiento obrero de nuestro país. El sindicalismo de clase y unitario que propugnaba CCOO era entendido y apoyado en los centros de trabajo. Dificultades muchas, pero ánimo y combatividad por igual.

Hoy, desde el recuerdo de aquellos años, desde la memoria transmitida por sus protagonistas, desde la imprescindible necesidad de mantener sindicatos fuertes, es más preciso que nunca conocer y reconocer. Es oportuno considerar que en Puertollano se luchó por los derechos sociales y laborales, por el retorno de una democracia golpeada en el 36, y que CCOO, sus militantes, y los del PCE, fueron fundamentales para la asfaltar la avenida de las libertades.

Mañana, CCOO celebra un encuentro sindical en Puertollano. Lo hace dentro de la campaña que puso en marcha la Confederación Sindical de CCOO en toda España. Un año para reivindicar nuestra contribución a las conquistas democráticas, estimando que nos hemos ganado un lugar en la historia. Porque, en cada rincón, en cada lugar, en cada empresa, se fueron expresando las ansias de cambio y de transformación social, de lucha por las libertades y por otras condiciones de trabajo, encabezadas, en muchos casos, por los militantes del sindicato.

Han sido años de lucha y combatividad que contribuyeron a la llegada de la democracia y, seguidamente, a la conquista de los derechos sociales y laborales de los que hemos disfrutado. No obstante, el devenir político y económico, ha provocado desajustes y conflictos que han generado el deterioro de lo conseguido; además de una obsesión de los gobernantes por la desregulación y los recortes que está dejando una grave secuela en la sociedad y en el mundo del trabajo. Y, ante ello, como siempre lo ha hecho el sindicato, CCOO defiende los derechos de la inmensa mayoria, la libertad y la justicia social; persigue construir otro futuro más justo y solidario, mejor regulado y con mayor bienestar.

En la comarca de Puertollano, fruto de la implantación y respaldo que el sindicato ha ido acumulando en las contiendas electorales, y de su capacidad de iniciativa y de movilización, se han vivido intensas etapas en el conflicto de intereses que se da entre empresas y trabajadores. Conflictos y controversias que no se han desarrollado sólo en el espacio singular de las relaciones laborales, sino que han tenido un alto componente sociopolítico en la defensa territorial de la industria, el empleo y el progreso, en una zona reivindicativa y portadora de esencias movilizadoras sabiendo que las piedras, los obstáculos, no se mueven sólo con el pensamiento.

Un sentido de pertenencia, en definitiva, a una demarcación territorial, con una actuación colectiva, compartiendo protagonismo cuándo más se ha necesitado, para defender como lo hizo en los años setenta ante el cierre de las minas, o en marzo de 1980 con la huelga general comarcal para defender el complejo petroquímico, o en la defensa de la sanidad pública de 1984, o en la masiva movilización de marzo de 1993, o las más de recientes de 2010, 2012 y 2014; en este último caso, con el grito unánime de la ciudadanía contra el cierre de Elcogas, por la industria y el empleo.

En esencia, un gran trabajo sindical dentro y fuera de las empresas al servicio de los trabajadores y las trabajadoras, así como para lograr el progreso territorial de la zona dónde está implantado. Un sindicato, las CCOO, que tiene una fuerte dimensión sociopolítica porque sabe que construir sociedades más avanzadas, más progresistas, con más igualdad, libertad y derechos colectivos, no se hace sólo desde la mera, aunque importante, confrontación laboral con empresarios y empresas, sino que necesita de entornos políticos a favor de la clase trabajadora.

Un tiempo en el que, también y con una sincera mirada autocrítica, habrá dispuesto de aciertos y errores, y aún así hacen imprescindible la presencia sindical de CCOO en todos los espacios de intervención que le son propios, comenzando por el que consigue democráticamente en los procesos de elecciones sindicales en las empresas, en concurrencia con otras opciones, que le llenan de «legitimidad plena» para desempeñar su papel de representación laboral e institucional, desde su condición de primera fuerza sindical de España.

Ahora, en breve, el sindicato se verá cruzado por un proceso de reflexión, de elaboración programática y de renovación de equipos, que concluirán en la primavera de 2017. Un período para repensar los nuevos retos, la adecuación estratégica, los relevos generacionales, la actitud movilizadora, el reforzamiento del diálogo social, la política de alianzas, el mayor acercamiento a los trabajadora, su política de comunicación, la preparación y dedicación de todos sus representantes sindicales electos, etc.; un largo capítulo de tareas y adecuaciones para abordar su labor representativa, en una sociedad más compleja, con mayores particularidades entre la clase trabajadora a la que hay que ofrecer confianza, seguridad y resultados en la gestión de todos los hombres y mujeres que representan a las CCOO.

Y hoy, como ayer y mañana, el sindicato tiene que ser la mejor herramienta, la palanca más óptima para defender los intereses materiales de los trabajadores, y sus derechos laborales y de ciudadanía. Tiene, y debe, contribuir a ganar una alternativa progresista que tenga como objetivos la lucha contra la pobreza y desigualdad, la industria y el pleno empleo, la igualdad entre hombres y mujeres, la defensa medio ambiental y la defensa y mejora del Estado de Bienestar. No puede faltar en esta ambiciosa batalla ninguno de sus representantes legales, ni de sus equipos de dirección; es una tarea intensa, organizada y sostenida».

Jesús Camacho Segura. Instituto de Estudios Sociales de CCOO-CLM.


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