domingo, 22 de septiembre de 2024
Artículo de opinión 03/04/2014junio 9th, 2017

«Murió Juan Jiménez Peñalosa, el decano de los periodistas toledanos. Formó parte del mítico equipo de Radio Toledo, la emblemática EAJ-49, que en los años cincuenta, sesenta y setenta pusieron de largo la radiodifusión en nuestra capital. Si siempre se ha dicho que la radio tiene algo de magia, aquellos hombres y mujeres (Eliseo Laguna, Paco Vaquero, Cecilia Martín del Prado, Antonio Canosa o el propio Peñalosa) fueron verdaderos prestidigitadores de las ondas. Se inventaron programas, dieron participación a los oyentes, se comprometieron con la ciudad y sus anhelos, consiguieron increíbles retransmisiones en directo y mantuvieron un cuadro de actores que para sí hubiese querido la mítica Radio Madrid. Ellos sentaron las bases de lo que hoy es la radio en Toledo.

Cuando yo vine a trabajar a Toledo, en 1981, Peñalosa era director y delegado de la edición provincial de El Alcázar. Junto a él estaba su inseparable Maria Teresa Silva, “Vasil” para el mundo informativo, quien fue la primera reportera gráfica de nuestra ciudad. Al cerrar este diario, Juan se reincorporó a su querida Radio Toledo. Allí rindió sus últimos años profesionales. Fue un gran compañero y, sobre todo, un gran amante de Toledo. Lo demostró como académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. También con sus incursiones en el ámbito de la investigación y en su compromiso con la Semana Santa Toledana, formando parte de la Cofradía del Cristo Redentor. Hizo incursiones en el mundo de la escultura y del grabado y pasó muchas horas recuperando algunos bienes patrimoniales que descubrió en su domicilio de la Plaza del Consistorio. Trasmitió sus inquietudes artísticas a sus hijos: Fernando, Roberto y Enrique.


Servicial y generoso como pocos, en el año 2009 conté con sus apreciables colaboraciones para la publicación en que glosé los 75 años de historia de Radio Toledo. La foto que acompaña estas líneas me la prestó él y ahí le vemos en acto de servicio, micrófono en ristre, grabando un reportaje en un campamento veraniego. Antes de caer enfermo le veía casi a diario. De buena mañana nos cruzábamos en la cercanía del Ayuntamiento cuando él se encaminaba a nadar a la Piscina Cubierta del Casco Histórico. También solía frecuentar el Archivo Municipal para continuar sus trabajos. Entre ellos destaca una serie de artículos que publicó en La Tribuna de Toledo sobre la historia de la radiodifusión toledana.

La última vez que le vi, ya enfermo, fue un día del Corpus de hace dos o tres años. Estaba sentado a la sombra de los toldos en la calle de la Trinidad, junto al Centro Cultural de San Marcos. Me acerqué a saludarle y me respondió con una gran sonrisa. Quiero creer que me reconoció. Con ese recuerdo concluyo estas líneas dedicadas a un inquieto periodista cuyas crónicas, inimaginables sin la correspondiente fotografía de Mayte, son imprescindibles para recordar décadas pasadas de la historia de Toledo. Adiós».

Enrique Sánchez Lubián es periodista y jefe de prensa del Ayuntamiento de Toledo.

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