El escultor de Guadalajara, Francisco Sobrino, murió ayer a los 82 años en la Bretaña francesa, donde residía, tras una larga enfermedad.
Así lo ha anunciado hoy el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, durante una comparecencia ante los medios de comunicación.
Nacido en Guadalajara en 1932, Sobrino estudió dibujo y escultura en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y posteriormente, en 1959, se trasladó a París donde entró en contacto con los movimientos artísticos del momento en Francia.
Su trabajo ha sido objeto de numerosas exposiciones individuales en la Tate Gallery, el Museo de Tel Aviv, Museo de Arte Contemporáneo de París o el Museo de Escultura al Aire Libre de Madrid.
En 2008, el Ayuntamiento de Guadalajara firmó un acuerdo con el artista para crear un museo que llevara su nombre en el antiguo matadero de la ciudad que, tras algunos problemas en la construcción, abrirá sus puertas el próximo año.
El primer edil ha querido expresar el dolor por esta pérdida y ha señalado que se ha puesto en contacto con la familia para «expresar las condolencias de la ciudad de Guadalajara hacia uno de sus artistas más insignes, persona que como saben da nombre al museo que queremos inaugurar en próximas fechas y que recogerá gran parte de su obra».
Román ha calificado a Sobrino de «un vanguardista en su arte, reconocida a nivel internacional».