Villacañas ha celebrado su Fiesta de la Vendimia, con la celebración de las VII Jornadas de Folclore Local. Un acto que además permitió a los asistentes disfrutar de un interesante concierto didáctico de instrumentos tradicionales, ofrecido por Javier Cuéllar “El Tío de la Pita”. El acto de inauguración estuvo presidido por la concejala de Festejos, Ana Mendoza, y por el presidente de la Asociación Cultural Folklórico Recreativa “Manuel de Falla”, Fabián Marín, que recordó que la recuperación de costumbres y tradiciones es la labora de la asociación y que sería la música la que protagonizara la primer acto de la Fiesta de la Vendimia.
Mendoza agradeció el trabajo que realiza el grupo de coros y danzas, porque enriquece la Fiesta de la Vendimia, en las que además cada año se incorporan elementos nuevos e interesantes, como esta muestra de música y de instrumentos tradicionales. La concejala también destacó la figura de Ángel García Díaz, a quien tras el acto de apertura rondó el grupo de coros y danzas, y cuya figura se glosó en una presentación que emocionó al propio Ángel, presente ayer en la Sala de Exposiciones.
También se detuvo la edil en la figura del Vendimiador de Honor 2012, Jesús Torres Zaragoza, de quien destacó su dedicación a la agricultura y, en especial, a la viticultura, desde que comenzó a trabajar en el campo con apenas ocho años de edad.
Otro aspecto importante de la fiesta es la romería urbana celebrada en el recinto ferial y que contó con una jornada gastronómica donde el protagonista fue el plato típico de la vendimia villacañera, el mojete. Desde primera hora de la mañana, los “romeros” fueron asentándose en el recinto ferial de Villacañas para participar en este popular guiso de mojetes.
A pesar de que este año la organización no repartió ingredientes para elaborar los mojetes, han sido muchos los vecinos que no han querido desaprovechar la ocasión de disfrutar de un día de celebración y de unión en el que, a la espera de preparar el plato principal de la jornada, aprovecharon para disfrutar de un aperitivo e incluso cerrar la jornada merendando y cenando en el recinto. Pan, patatas, carne, bacalao, las típicas gachas, aperitivos y todo tipo de viandas, regadas además con vino de la tierra, sirvieron de excusa culinaria para que los vecinos pasaran una agradable jornada.
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