lunes, 28 de octubre de 2024
El de Luis González Santamaría y el de "San Andrés" 15/03/2012junio 13th, 2017

La sangría de la crisis es imparable. Cada día se conocen nuevos datos pésimos para la economía, pero también cada día que pasa se cierran más negocios debido a la nefasta situación económica. De ahí que encastillalamancha.es haya conocido el cierre de otros dos talleres de cerámica de Talavera. Se trata del taller de Luis González Santamaría, ubicado en la calle Charcón desde el año 1978; y del taller «San Andrés», situado en la calle Lepanto y con 11 años de tradición cerámica artesanal.

En ambos casos la crisis ha sido la puntilla que ha puesto fin a un negocio enmarcado dentro de un sector especialmente afectado por la situación actual.


El taller de cerámica «San Andrés» echó el cierre el pasado 29 de febrero, aunque el de Luis González Santamaría aún no se ha echado el cierre definitivo, «pues estamos intentando bien traspasar el negocio o bien ir vendiendo la maquinaria», ha explicado Esther Cañamero, la «ceramista consorte», como se ha autodenominado esta maestra actualmente en paro, quien intenta no perder el sentido del humor pese a la difícil situación.

Según Cañamero desde hace un par de años se empezó a notar el azote más fuerte de la crisis, «nuestros clientes empezaron a cerrar, por lo tanto ya no podemos servirles, además ya ni siquiera los particulares pueden permitirse comprar cerámica, bien porque el dinero que tienen lo ahorran o bien porque no tienen dinero», argumenta a sus 60 años una mujer que no quiere perder la esperanza, al menos hasta el mes de junio. Esa es la meta que ella y su marido, de 61 años, se han marcado para liquidar el negocio si la situación no revierte. En el caso de González Santamaría sería dejar atrás 40 años en el mundo de la cerámica artesanal, puesto que él empezó con su padre, el maestro Antonio González Durán, autor, entre otras obras, del gran zócalo de cerámica que decora la escalera principal del Ayuntamiento de Talavera.

González Madrid ha visto cómo se reducían sus ventas en un 98 por 100. «En 2010 empezamos a notar la crisis con una caída del 20 o el 25 por 100 de las ventas, y cuando llegamos al 30 por 100 nos vimos obligados a despedir al barrero, al pintor y a un peón», los tres trabajadores con los que contaba la empresa. «A lo largo de 2011 -prosigue Cañamero- hemos comprobado como mes tras mes las ventas han ido disminuyendo». Para esta esposa de ceramista la situación de la artesanía es «nefasta». «Son las señas de identidad de Talavera y las instituciones podían hacer algo», replica Cañamero. Mientras tanto, aguardan a que un milagro les permita seguir adelante, de lo contrario en junio cerrarán el negocio al que han dedicado toda su vida. Hasta entonces intentarán cobrar las deudas que tienen y vender la maquinaria.

NADA MENOS QUE 11 AÑOS DE UNIÓN CERÁMICA

El caso de José María Salinas y Pascual Gómez ha tenido al taller de cerámica «San Andrés» como protagonista durante los 11 años en los que ambos han permanecido unidos sacando adelante este proyecto de cerámica artesanal. Pero desde el día 29 de febrero el taller ya es historia. Ese día los socios ceramistas dieron de baja su actividad y echaron el cierre a más de una década de ilusión por continuar con la tradición que ha dado fama mundial a Talavera.

«Llevábamos tiempo mal, aunque hemos ido resistiendo, pero la crisis ha sido la puntilla, ha sido la losa que ha cerrado nuestra ilusión», según ha explicado Salinas a encastillalamancha.es. A sus 53 años Salinas acababa de recibir otra mala noticia: «No podré cobrar ni los 400 euros de ayuda del paro porque soy autónomo y, para cobrarlos, tenía que haber estado al menos seis años de los últimos 15 dado de alta como trabajador por cuenta ajena». Esta es la realidad, la cruda realidad de una crisis imparable con los negocios de Talavera.

A los dos ceramistas, quienes se conocieron cuando ambos trabajaban en el taller de Carlos Garrido, les quedan aún muchas piezas en la tienda por vender. «Calculamos que aún nos quedan unos 40.000 euros en piezas diversas como cuadros, piezas grandes y demás cacharros, lo que estamos haciendo es dividir esas piezas y la mitad para cada uno», ha explicado Salinas, quien afirma convencido que «la cerámica ha pasado de moda, ya nadie compra cerámica, únicamente aquellas personas que quieren hacer un regalo, ahora nadie compra un plato o un jarrón para colocar en su casa», afirma el ceramista que ve el futuro incierto, puesto que a sus 53 años «¿qué hago?», se pregunta.

Para concluir Salinas cuenta la reciente conversación mantenida con una vecina del barrio donde se ubica el taller. «¿Pero cómo va a estar un artista de la cerámica de Talavera dando vueltas por la calle?», me preguntó. «Señora, esto es lo que hay», fue la respuesta.

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