Como en sus mejores años, volvieron a llenar. El Palacio de Benacazón de Toledo se quedó pequeño para acoger las VI Jornadas Taurinas que contaban, un año más, con un cartel de lujo: Paco Camino y Santiago Martín «El Viti», en un «Mano a mano con la historia» que se convirtió en la memoria de algunas de las mejores plazas. Estos dos matadores formaron cartel hasta en seis ocasiones en las corridas del Corpus y la Feria de Agosto en la Plaza de Toros de Toledo.
SI NO PUEDE VER LAS IMÁGENES PINCHE AQUÍ.
Sin las manoletinas o chicuelinas que adornaron aquellos ruedos, pero sí muchos naturales y muy naturales. «¿Que nos dan un galardón?» Preguntó Santiago Martín nada más sentarse en la mesa. Ambos matadores trasladaron a los asistentes a los años en los que se iniciaban en el mundo del toro. «El Viti» copiaba los movimientos de otros de las revistas y los aprendía. «Yo no crecí en el mundo de los toros», dijo. Tuvo que pedir a un hermano suyo que dijera a su padre que quería ser torero. Por suerte su padre era artista y pintaba de toros. Algo se le quedó. Paco Camino tuvo otra experiencia. Su padre sí toreaba y él quiso ser torero «por salvar a mi familia, entonces íbamos a robar por las noches, eso sí, aceitunas, gallinas no», sentenció con seriedad Camino.
La mesa estuvo moderada por la periodista especializada Laura Tenorio, que guió a los asistentes por la memoria de estas dos figuras del toreo, que con enorme lucidez, desempolvaron algunos de los recuerdos que les llevaron por las distintas plazas. Nombres, fechas, festejos, alternativas… Pero también ambición, motivación, retos… «Cuando yo aprendí la primera letra del toreo, era estarme quieto cuando había un animal delante de mí», recordó «El Viti», luego ya vino burlarse y esquivarlo. Paco Camino estaba más curtido que Martín, es mayor. Tardó 38 horas en tren desde Sevilla hasta Zaragoza para torear, corría el año 1958. Triunfó. Luego se pudo comprar un coche, de segunda mano y cinco plazas, en el que viajaban nueve personas de plaza en plaza.
«Fueron años esplendorosos», introdujo Tenorio, «pletóricos», añadió Martín. Eran los años 60, había muchas corridas y, curiosamente, no todo el mundo tomaba la alternativa. «Había quien hacía novilladas y novilladas y no tomaba la alternativa». Eran otros años aunque, preguntados por la diferencia de aquellos años y estos, tranquilizan asegurando que entonces también les decían que cada vez iba menos gente a las corridas.
Ambos reflejaron sobre la mesa dos estilos bien distintos, los mismos que atraían al público sobre la arena, «nos arrimábamos al animal como bestias». Pero había certezas, «el cartel lo hacía el público, éramos diferentes, cada uno tenía su personalidad». Paco Camino lo tenía claro, «yo he querido ser torero para no trabajar, yo soy muy vago», aseguró, «pero aprendía de todos».
«Cuando estás delante del toro, lo único que hay es el reconocimiento del público que te está viendo», dijo «El Viti», y como entonces, el público que asistió a estas VI Jornadas Taurinas concedió silencio durante sus intervenciones y ovación en las pausas. No hubo orejas, pero sí el calor de ese público que, recogiendo las palabras de la periodista Laura Tenorio, asistieron a un momento histórico.