sábado, 28 de septiembre de 2024
Artículo de opinión 09/09/2013junio 12th, 2017

«Este conjunto de tres palabras es algo que vengo escuchando desde hace tiempo pero que hoy me es difícil verlo, quizás porque realmente eso hoy no existe.

En primer lugar, para encauzar el tema voy a intentar definir con mis palabras lo que yo considero que en realidad es este término. Político de Estado es aquel que es capaz de liderar un proyecto de país, sumando voluntades diversas que en realidad son las que en sí representan el sentir general de la población que gobierna.


Quiero trasladar este concepto yendo desde la base de la Política, el municipalismo hasta las llamadas «altas esferas» donde se encuentran dispuestas las decisiones más importantes y fundamentales para la marcha de un país.

Un político debe ser aquel que se ocupe de los problemas del ciudadano, siendo cercano para estar atento a todas las necesidades que en cada momento van surgiendo, atendiendo a todo aquello que va sucediendo con el paso del tiempo haciendo posible que la Política se adapte a la realidad cotidiana y no al revés.

Hay que hacer posible una vuelta a la Política que soluciona los problemas, que habla cara a cara con la gente, que pisa la calle para saber y conocer qué pasa en cada momento y eso, lamentablemente se ha perdido pero no ahora sino desde hace mucho tiempo.

Necesitamos políticos de calle, capaces, sensibles, esforzados, humildes y honrados cuya virtud resida en ser cercano siempre, escuchar con atención a todos haciendo posible que ninguna desventaja social y económica haga imposible llevar una vida normal.

Es fundamental tener políticos que se encarguen de llevar a cabo una Educación Pública de calidad donde sea posible ofrecer una amplia oferta educativa cuyo objetivo sea la igualdad de oportunidades, atendiendo a aquellas personas que más lo necesitan para que puedan alcanzar su pleno desarrollo pues la Educación es ese factor que debe posibilitar que se superen todas aquellas barreras que la vida diaria nos pone sean desde el punto de vista físico, social, cultural o económico (por ejemplo estableciendo un sistema de becas justo para que puedan alcanzar sus metas respectivas incluso aquellos que menos recursos tengan).

Un político de estado, no es aquel que no es capaz de preocuparse de que cualquier persona sea atendida debidamente en un hospital, disponiendo los medios económicos que posibiliten los medios técnicos y humanos necesarios para que la salud sea siempre algo prioritario y universal, en contraposición con un modelo donde la Sanidad es un empresa, un negocio de unos pocos que se ponga al servicio de una mayoría, convirtiendo a ésta en un «artículo de lujo» y no en la herramienta que haga posible que una persona supere sus problemas sin necesidad de aportar más dinero del que ya aporta de por sí a través de sus impuestos, caso similar al que ocurre con la Educación.

No podemos ir hacia un camino donde el ocio y el tiempo libre acabe convirtiéndose en algo que forme parte de nuestra historia, entendiéndose como algo que tuvimos pero que nunca más podremos tener como hemos conocido hasta ahora, pues si hay un sector de desarrollo económico clave en España éste es el turismo.

Un político de Estado es aquel que es capaz de detectar los problemas que tienen el sector de las PYMES, las cuales carecen de la inversión necesaria actualmente para poder desarrollar su trabajo de manera eficiente o incluso teniendo que cerrar, dejando atrás años de esfuerzo (en muchas ocasiones familiar).

Es fundamental invertir en una política energética que sea eficiente, hacer posible que haya facilidades de acceso al consumidor a compañías eléctricas más baratas poniéndose éstas al servicio del Estado alcanzando con éste acuerdos que hagan posible que tanto empresas como usuarios obtengan ventajas y por tanto, sean rentables para ambas partes (hoy sólo es rentable para la compañía).

No podemos consentir que se nos suban los impuestos para ponerlos al servicio del pago de la deuda cuando hay una alternativa que reside en alargar los plazos de pago que hagan posible que el desarrollo de los países de la Unión Europea sean parecidos entre sí.

Debemos fomentar ayudas a las empresas para que hagan posible contrataciones de larga duración para jóvenes y personas mayores de cincuenta años que actualmente se hayan quedado en paro o que hayamos dejado de destinar dinero de nuestros presupuestos a la Investigación al menos en gran parte parando por tanto, el futuro y el progreso que necesita España si queremos seguir considerándonos un país avanzado.

Es muy positivo hacer posible que los horarios de trabajo se compatibilicen con la vida familiar y social de la gente (buena medida es aquella de la Consejería de Educación donde se hace posible que si una persona tiene un familiar enfermo, éste se quede en su lugar de residencia o cercano a éste, así como posibilitar que una pareja pueda trabajar y vivir en el mismo área) pues sólo así podremos hablar de una política que habla de la gente y se hace para la gente habiendo una íntima unión entre el político y el ciudadano y no lo que hay hoy que no es sino un divorcio claro entre ambos que, lejos de solucionarse, se agrava más con el paso del tiempo.

Volvamos a la política de verdad, a la política de la gente, hablemos cara a cara con el ciudadano, sin palabras rebuscadas usando tecnicismos que no los entiende nadie, esto es, decir las cosas por su nombre.

Firmado un político del pueblo que ve necesario tener el Estado en la cabeza como garante de la igualdad de todos los hombres y mujeres de España, Europa y el Mundo».

Diego Ruiz Ruiz es militante del PSOE y de Juventudes Socialistas.

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