Entre los valles del río Jucar y el Cabriel está La Manchuela, una tierra que lleva plagada de viñedos desde hace, al menos, 2.400 años.
La Manchuela es un ejemplo de tradición vinícola que los lugareños han transmitido de generación en generación hasta hoy, creando una de las culturas del vino más ricas del mundo.
El clima seco y soleado de la comarca es el culpable de que la evolución del fruto de la vid dé un sabor particular y con encanto a los vinos de la zona.
La variedad de uva autóctona es la Bobal, crece en ambas riberas del Cabriel y, aunque los vinos Bobal más famosos son los elaborados en Valencia, los enólogos señalan que los castellanomanchegos son de mayor calidad.
Hasta 27 municipios forman parte de la ruta de Manchuela; Motilleja, Mahora, Valdeganga, Villanueva de la Jara, Carcelén, Casas Ibáñez, Alarcón, Alatoz, Jorquera, Villamalea, Motilla del Palancar, Enguídanos, Pozo Lorente, Casas de Ves, Balsa de Ves, Alborea, Cenizate, Fuentealbilla, Iniesta, Quintanar del Rey, Navas de Jorquera, El Herrumblar, Graja de Iniesta, Villa de Ves, Alcalá de Jucar, Villatoya y El Peral.
En contra de lo que se pueda pensar, La Ruta del Vino de La Manchuela no solo propone catas y visitas a bodegas, sino que constituye una alternativa para aquellos que busquen un lugar donde practicar turismo activo, disfrutar de increíbles paisajes, visitar patrimonio cultural y deleitarse en los hoteles y restaurantes adaptados a todo tipo de demanda.
Para conocer mejor qué ofrece La Manchuela, encastillalamancha.es ha hablado con el gerente de su Ruta del Vino, Pablo Sánchez.
Experiencia de turismo activo y ecoturismo
Los ríos Júcar y Cabriel constituyen un espacio natural ideal para desconectar de las ciudades y participar en las actividades de turismo activo que ofrece La Manchuela.
Entre estas, Pablo Sánchez ha destacado el barranquismo, el descenso de los ríos Cabriel y Júcar y la llamativa posibilidad de pasar una noche pernoctando en un tipi, una estructura habitacional típicamente utilizada por los indígenas de Estados Unidos.
Volviendo a las posibilidades de los amantes del vino, existen múltiples bodegas que realizan procesos pedagógicos para que sus visitantes aprendan sobre la cultura vinícola y los procesos de elaboración de la bebida.
De la misma forma, aquellos que lo deseen, podrán llenar su viaje de sabores, olores y color, acudiendo a las múltiples catas que se organizan a diario en la comarca.
Los paisajes de La Manchuela
Según Pablo Sánchez, la Ruta del Vino de La Manchuela busca ofrecer singularidades y propuestas nuevas. Este objetivo lo comparten las ofertas de restauración, alojamiento, bodegas y paisajes o destinos starlight..
Al ser preguntado por la variedad de espacios naturales, Sánchez destaca la biosfera del valle del Cabriel como un lugar ideal para perderse, aunque también existen muchos otros como la Sierra de la Monja, la Cueva de la Judía, el embalse de Alarcón o la ribera del Júcar. Esta última destaca por la belleza del recorrido que tiene hasta Valdeganga.
Asimismo, La Manchuela también ofrece parajes como la ribera de Cubas o municipios que vale la pena descubrir como Jorquera o Alcalá de Júcar.
Patrimonio cultural
La Manchuela se encuentra entre las provincias de Albacete y Cuenca, en pleno corazón de Castilla-La Mancha. Este mestizaje ha dado como resultado una arquitectura, cultura y patrimonio que mezcla lo manchego con lo mediterráneo.
Teniendo en cuenta la importancia histórica y turística, el sistema de castillos, palacios y arquitectura defensiva posee varios emplazamientos interesantes para el visitante. Entre estos destacan el Castillo de Alarcón, el Castillo de Alcalá del Júcar, así como el Castillo de Carcelén, el Castillo de Enguídanos o el Castillo de Ves. También son reseñables las Murallas almohades, en Jorquera y el Palacio del Concejo en Alarcón.
En cuanto a la arquitectura religiosa, la Ruta del Vino de la Manchuela tiene varias iglesias y parroquias que constituyen importantes atractivos turísticos. Como ejemplo de esto pueden enumerarse las iglesias de Santa Trinidad, en Alarcón; de las Nieves, en Cenizate; de Nuestra Señora de la Asunción, en Jorquera; de Nuestra Señora de la Asunción, en Villamalea; de Nuestra Señora de la Natividad, en Alborea; de Santiago, en Fuentealbilla; entre otras, así como el Auditorio Iglesia de Santo Domingo de Silos, en Alarcón o las Parroquias San Andrés Apóstol, en Carcelén y San Bautista, en Alatoz.
En otras tipologías arquitectónicas pueden reseñarse el valor de edificios como el Consistorio Villa Enriqueta, en la región de Villanueva de la Jara, la Plaza de toros de Alcalá del Júcar, el Puente Torres, en Valdeganga o la Torre de telegrafía óptica en la zona de Graja de Iniesta.
La Manchuela, destino starligt
La Manchuela está catalogado como destino turístico Starlight. Este certificado acredita el lugar como un emplazamiento con una «excelente calidad de cielo» y muestra que la comarca es un buen lugar para hacer actividades de observación del firmamento. De hecho, la provincia de Albacete es un referente mundial en el sector del astroturismo. Hay empresas certificada que son expertas en astroturismo y guiar y aconsejar al visitante desde el mismo alojamiento.
Además, por la provincia ya hay señalizados y desplegados una serie de puntos para la observación de estrellas, que están equipados con paneles con información útil sobre lo que se puede vislumbrar desde esa posición.
Gastronomía y alojamientos
Para acompañar al vino no hay nada mejor que un plato de comida y si las bodegas de La Manchuela eran de primera calidad, sus restaurantes no se quedan atrás.
Los chefs de La Manchuela crean sus platos aprovechando los productos locales. Por ello, ingredientes como el ajo, los champiñones, las setas y varios tipos de hongos forman la base de la alimentación típica del lugar.
El Ajipan, el Ajo de harina, el Ajo de Mataero, el gazpacho, las migas o el Cordero Manchego son los protagonistas de las mesas en esta zona.
Incluso, para los paladares más finos, La Manchuela tiene restaurantes galardonados con estrellas Michelín como el Oba en Casas Ibáñez que harán las delicias de todos los comensales que acudan al local.
En cuanto a los alojamientos, las Rutas del Vino ofrecen múltiples opciones para todos los gustos y bolsillos, pero Pablo Sánchez cree que, para los turistas de La Manchuela, los alojamientos de casas cuevas son una muy buena opción. Además, señala que dentro de la comarca hay viviendas de este tipo perfectamente acondicionadas para visitantes, pudiendo algunas llegar a considerarse lujosas.
¿Cuánto tiempo necesitamos para hacer la ruta?
Al cuestionar a Pablo Sánchez sobre cuál sería el itinerario que elegiría para visitar la Ruta del Vino de La Manchuela ha señalado lo difícil que sería recorrer todo lo que ofrece la comarca en apenas unos días de viaje.
Teniendo esto en cuenta, el gerente de la ruta indica que, al menos, se necesitan 7 u 8 días para visitar los principales atractivos de la zona. Estas jornadas se desglosarían en 2 días para la zona de Alarcón, 4 para Alcalá de Júcar y sus alrededores y otros dos para Villanueva de la Jara e Iniesta.
Para encontrar más opciones de ocio temático, bodegas, alojamientos, enotecas o restaurantes se puede consultar la página web de la Ruta del Vino de La Manchuela pulsando aquí.
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