El martes 28 de enero comenzó una «aventura» de esas que suceden cada cierto tiempo y que llaman la atención de prácticamente todo un país.
Sí, porque ese día, martes, un avión de la compañía española Wamos Air volaba desde Madrid hasta Hanoi (Vietnam) con escala final, el jueves 30, en Wuhan (China) con la única intención de repatriar a los 19 españoles que vivían allí (otra cuestión es cuándo van a regresar, si lo hacen) debido al furibundo brote de una enfermedad que hasta hace unas semanas era absolutamente desconocida para gran parte de los mortales: el coronavirus, causante de más de 400 muertes hasta el momento, la gran mayoría en el país chino.
Momento en el que los españoles repatriados bajan del avión en Madrid.
«Hemos montado operativos de repatriación y evacuación a nivel mundial»
Bien, pues la repatriación de esos 19 ciudadanos españoles, entre ellos Pedro Morilla, exjugador y exentrenador del CF Talavera, y el puertollanense Daniel Carmona, entrenador del equipo Wuhan Shangwen, fue coordinada por un castellanomanchego, Salvador Martínez Prados, natural de El Viso del Marqués (Ciudad Real) y director de Operaciones Tierra de Wamos Air, con quien ha hablado encastillalamancha.es.
«En Wamos Air somos especialistas en este tipo de vuelos, hemos montado operativos de repatriación y evacuación a nivel mundial», recalca. En este caso, han trabajado de forma directa con el Gobierno de Gran Bretaña, la Foreign Commonwealth y en colaboración con el Gobierno de España.
El avión utilizado cuenta con 475 asientos, que fueron ocupados por 120 ciudadanos británicos y los 19 españoles, además de polacos, chinos, daneses y noruegos.
«Separamos a los viajeros todo lo que pudimos, si tosían lo debían hacer sobre sus brazos…»
Y su «puesta a punto» consistió, básicamente, en diseñar un protocolo de seguridad «para minimizar al máximo cualquier impacto». No solo se utilizaron mascarillas, guantes… Sino que «incluso nuestro protocolo fue todavía más restrictivo». De hecho, «en el avión iban también cuatro médicos británicos y otros seis españoles».
El mismo 30 de enero el avión salió de Wuhan y su primera parada fue el aeropuerto inglés Brize Norton, donde se bajaron los ciudadanos británicos; mientras que el resto del pasaje siguió camino hasta Madrid, aterrizando en la base aérea de Torrejón de Ardoz para de inmediato ser evacuados al hospital militar Gómez Ulla, donde aún se encuentran confinados.
En el interior del avión «separamos a los pasajeros todo lo que pudimos», incide Salvador Martínez, «y les dimos las correspondientes indicaciones, como que si tosían lo hicieran sobre uno de sus brazos».
De Wuhan a Madrid… y una completa desinfección del avión
Además, «aislamos una zona de la parte delantera del avión por si alguno enfermaba y trasladarle allí». Y solo podían embarcar aquellos «que no tuvieran ni fiebre ni ningún síntoma». Por lo que a todos los que subieron se les realizó un chequeo médico y fueron monitorizados durante todo el vuelo.
El avión fue desinfectado de forma inmediata en cuanto llegó a Madrid.
Ya en Madrid, «un equipo especial procedió, ese mismo día, a una completa desinfección del avión siguiendo todas las recomendaciones sanitarias, llegando incluso a desmontar cada uno de los asientos» para que el trabajo fuera exquisito.
Wamor Air es la única compañía que presta este servicio «y todas las medidas fueron escrupulosamente aplicadas, por lo que se logró una exitosa repatriación sin precedentes, realizándose con gran rapidez, eficiencia y eficacia».