La viceportavoz del Ayuntamiento de Toledo, Inés Sandoval, ha instado al portavoz del Grupo Municipal Popular, Jesús Labrador, a que no utilice «ni él, ni su partido, los asuntos que afectan a los toledanos y toledanas como un arma arrojadiza para autopromocionarse y escalar peldaños en política, porque la política local ni va de mentiras ni tampoco de engaños y, por muy desesperados que anden algunos, este juego sucio no es siquiera digno de llamarse política».
Inés Sandoval ha respondido así a las manifestaciones de Labrador enmarcadas en la reunión de la Junta Local del mes de junio y ha asegurado que «los ciudadanos están cansados de leer, un día tras otro, falacias que se vierten sobre los representantes municipales y que perjudican también la imagen de la ciudad, precisamente en un año decisivo para Toledo».
En este sentido, la viceportavoz ha querido ahondar en esta circunstancia y ha manifestado que «los ciudadanos deben saber que el PP convoca de forma sistemática a los medios de comunicación, día tras día, sólo con el ánimo de «ensuciar, entorpecer y restar valor a la acción de Gobierno».
«LA MEJOR FORMA DE PARECER BUENO ES SERLO»
«En su vocabulario -ha añadido Sandoval- no existe ni el respeto, ni la empatía y mucho menos aún el trabajo en común por el bien de la ciudad» algo que, según ha apostillado, «se pone de relieve estos días, en periodo preelectoral, en los que los concejales del Grupo Municipal Popular -que deberían estar ocupados única y exclusivamente en servir a los toledanos- se disputan a codazos sus sillones en Madrid».
Esto constituye, en palabras de la viceportavoz, «el mayor hartazgo de todos los ciudadanos, que ven cómo algunos de sus representantes instrumentalizan la política en beneficio propio» y ni siquiera contemplan la posibilidad de que «la mejor forma de parecer bueno, es serlo».
Por último, Sandoval ha apelado al sentido de la «responsabilidad» de Labrador y del Grupo Municipal Popular en su conjunto para «que se centren, no sólo en campaña, en practicar el juego limpio y arrimar el hombro» porque «si algo acusamos en la oposición es de su falta de trabajo y motivación, más allá de los sillones de Madrid».