El final de la temporada fue muy buena, en general, para los principales equipos de Castilla-La Mancha, ya que, entre los clubes más importantes, se produjeron hasta cuatro ascensos y un descenso, mientras que otros dos fracasaron en su intento de subir de categoría.
Primeramente, lo bueno: El Villarrobledo lograba un hito en su historia al subir a Segunda División B, logro tanto más meritorio teniendo en cuenta los enormes problemas economicos e institucionales por los que pasó el club. El equipo rojillo eliminaba al Xátiva por un global de 4-1; a la Gimnástica Segoviana por un 3-1 global y al Lealtad por un 2-2 total (haciendo valer el doble valor de los goles en campo contrario).
Otro ascenso pletórico fue el del Formac Villarrubia, que también estrenaba categoría, eliminando al Coria por un total 2-1; al Bergantiños por un global 3-2 y al Alcobendas por un total 5-2.
Siguiendo con el fútbol, el Yugo Socuéllamos se llevó una gran decepción, después de quedar campeón en su grupo, lo que le dio derecho a jugarse el ascenso de forma directa con el Mérida. Para más inri, su eliminación ante lo extremeños fue tanto más dolorosa cuanto que empataron a cero en los dos partidos. Le quedaban dos «tiros» a los azulones. El primero fue certero ya que eliminaron al Móstoles por un global de 3-0. Esta eliminatoria fue además trágica, ya que uno de sus aficionados murió de forma natural en el autobús que les traía de vuelta a casa.
En el asalto definitivo, el Yugo Socuéllamos fue apeado por el Algeciras, que le endosó globalmente un 7-1.
Por su parte, el Toledo también fracasó en su intento de subir a 2ªB. Después de quedar cuarto en la liga, cayó a las primeras de cambio, en la primera eliminatoria, contra el Sestao River por un total 3-2. Una gran decepción para los toledanos, un equipo de campanillas para la Tercera División.
Las dos notas positivas en forma de brillantes ascensos fueron en otros deportes. En voleibol femenino, el Kiele Socuéllamos completó una liga esplendorosa. Después de quedar campeón de la Superliga Femenina 2 y la Copa Princesa, ganó brillantemente la fase de ascenso que se celebró en Socuéllamos: ganó al Algar Surmenor por 2-3, al Extremadura Arroyo por 3-0 y al Autos Cancela Zalaeta por 3-0.
El cuarto ascenso regional fue el del Afanion Almansa, que jugaría en la Liga LEB Oro por primera vez y consumando la gesta de los tres ascensos consecutivos. Tras quedar tercero en la liga, ganó la eliminatoria de ascenso al eliminar al Real Murcia Baloncesto, con el que perdió en la ida por 65-63 pero al que derrotó en la vuelta en su pista por un agónico 89-86. La canasta de Rowell Graham Bell sería decisiva. Enorme el mérito del club almanseño.
La decepción corrió por triste cuenta de la Fundación Albacete Femenino, que bajó de la máxima categoría, la Liga Iberdrola, a la Primera Promesas. Terminó colista con 24 puntos; descendió junto al Málaga. Las albaceteñas fueron de menos a más. El descenso se confirmó con su severa derrota de la última jornada, en la que cayeron en el campo de la EDF Logroño Femenino por 4-1.
No hay que olvidar la temporada excelente que cuajó el Albacete Balompié, que pasó de pasarlas canutas en la anterior temporada, cuando se salvó in extremis, a jugar la fase de ascenso a Primera División en la campaña 2018-2019, de la mano técnica de Luis Miguel Ramis, que extrajo oro de su plantilla, manteniéndola durante buena parte del curso liguero en la parte cabecera de la tabla.
Así, acabó cuarto la liga. Se jugó «los cuartos» en las semifinales contra el Real Mallorca, que le dejó en la cuneta por un resultado global de 2-1, el conjunto insular precisamente el que acabaría ascendiendo a la Liga Santander.
Por último, no hay que olvidar la permanencia en la Primera División del fútbol sala, sudadamente lograda después de coquetear con el desceso durante buena parte de la liga, del Viña Albali Valdepeñas, el mismo equipo que, en las fechas de redacción de este anuario, está en un glorioso cuarto puesto de la clasificación.