El Ministerio de Transportes considera que soterrar las vías y la estación de la futura línea de altavelocidad a su paso por Talavera de la Reina impediría ampliar las vías en el futuro, al tiempo que reduciría la posibilidad de fijar frecuencias y horarios, motivos, entre otros, que le llevan a descartar esta fórmula.
Después de que la portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, señalara en la mañana de este jueves no entender la justificación económica para rechazar esta opción, fuentes del Ministerio han apuntado a Europa Press que una adecuada integración urbana del ferrocarril «debe estar sujeta a un conjunto de criterios que, siendo diferentes entre sí, reunidos son la base de una propuesta «eficiente y realista», si bien, en todo caso, «no existen soluciones de validez universal y las particularidades de cada caso son determinantes para obtener la mejor solución posible a la integración».
El AVE no dividirá la ciudad en dos
Con esta premisa, se adentra en el concepto de impacto urbano para asegurar que en el caso de Talavera de la Reina, a diferencia de otras ciudades, «la traza ferroviaria no divide en dos partes la localidad».
«No hay trama urbana que recomponer o calles que queden manifiestamente interrumpidas por el trazado ferroviario. Esto no quiere decir que se deba mejorar la permeabilidad entre ambos lados del trazado ferroviario, esto es, que la estación y el paso del tren no sea un problema para la ciudad», indica.
Con todo, apunta que se plantean pasos sobre y/o bajo el ferrocarril allí donde sea necesario, pasos que deben diseñarse «no solo para el tráfico rodado, sino para la movilidad peatonal y ciclista en condiciones de accesibilidad, seguridad y confort».
De cara además a posibles desarrollos urbanos futuros, el Ministerio apunta que la experiencia ha demostrado que las ciudades se desarrollan a ambos lados de los trazados ferroviarios sin problemas «siempre que se disponga una correcta permeabilización».
Bajo el epígrafe de ‘Funcionalidad ferroviaria’, apunta el documento interno de Transportes que la solución de integración planteada permite una mayor flexibilidad a la hora de adaptarse a nuevos tráficos ferroviarios, tanto para viajeros como para mercancías.
Sin embargo, un soterramiento «impediría a futuro, por ejemplo, la construcción de nuevas vías, haciendo inviable plantear futuras ampliaciones».
«La complejidad y consumo de instalaciones de iluminación, ventilación, evacuación, protección contra incendios o drenajes es inferior en el caso de una integración en superficie. La accesibilidad de equipos de emergencia y de mantenimiento a una instalación en superficie es menos problemática», asevera.
Complejidad constructiva
Añade, además, que los plazos constructivos de una integración en superficie son menores en comparación con un soterramiento; así como que los tiempos de ejecución y puesta en servicio de las nuevas líneas se reducen con esta solución planteada.
En cualquier caso, «las obras llevan aparejadas afecciones a los servicios existentes, que son mayores en una obra de soterramiento, por ejemplo, al ejecutar el túnel». «Hay también riesgos añadidos que pueden elevar los plazos y consiguientes costes», afirma el departamento de Óscar Puente.
Con un argumento que cita además posibles impactos ambientales, como que el estudio de ruido incluido en el estudio informativo concluye que se puede asegurar el cumplimiento de los niveles de ruido exigibles por la normativa vigente.
«En el caso de Talavera, no hay edificaciones especialmente próximas a la traza salvo en dos puntos, para los que se pueden estudiar medidas complementarias. Respecto a posibles problemas por vibraciones, de existir, no se reducirían con una solución soterrada; al contrario, existe un riesgo asociado a las edificaciones que estén más próximas que debiera analizarse en los proyectos», contempla la información ministerial.
El soterramiento implicaría un volumen importante de residuos
Destaca igualmente que un soterramiento «implicaría el paso bajo los encauzamientos de arroyos con los consiguientes riesgos y posibles afecciones a acuíferos, ruinas y yacimientos arqueológicos cercanos»; y generaría un volumen muy importante de residuos.
Con todo, en su conclusión, el Ministerio defiende que la solución planteada frente al soterramiento «resuelve los mismos problemas de coexistencia ferrocarril-ciudad» y arroja además «resultados equivalentes, si no superiores, en términos de permeabilidad e integración urbana sin los inconvenientes constructivos, de funcionalidad y ambientales de los soterramientos».
«Desde el punto de vista de racionalidad y de uso eficiente de los recursos públicos disponibles, esta alternativa de integración es posible como solución que hace compatible una buena estación, bien conectada y que lejos de ser un problema se convierta en un símbolo de lo que es la modernidad de Talavera de la Reina», culmina el texto interno del Ministerio.