Toledo ha registrado en 2014 los mayores niveles de pólenes de cupresáceas (arizónica y ciprés) de los últimos 21 años, con un incremento de casi un 60 % con respecto con respecto a la media anual.
Así se refleja en los datos del captador de pólenes situado en el Hospital Virgen del Valle, que ha constatado que este año que las concentraciones de cupresáceas desde que se realizan mediciones en Toledo, lo que produjo síntomas alérgicos muy intensos durante los meses de enero a marzo, según ha informado hoy en una nota de prensa el Complejo Hospitalario de Toledo.
Este año se han recogido 30.800 granos por metro cúbico de pólenes de cupresáceas, cuando la media anual en Toledo se sitúa en 13.350 granos por metro cúbico, que supone casi un 60 % de incremento.
Se consideran niveles elevados de pólenes de cupresáceas, capaces de producir síntomas en el 95 % de los sensibilizados a estos pólenes, por encima de 135 granos por metro cúbico, y este año se han registrado 6 días niveles superiores a 1.000 granos por metro cúbico.
El día más complicado fue el 26 de enero, en el que hubo 3.734 granos por metro cúbico, coincidiendo con vientos superiores a 90 kilómetros por hora.
Hasta entonces, el año con niveles más elevados de cupresáceas había sido 1998, en el que se registraron 2.660 granos por metro cúbico.
El incremento en la plantación de cipreses y arizónica (como setos en las urbanizaciones cercanas a la ciudad), han contribuido a que haya aumentado el número de pacientes alérgicos a cupresáceas en un 18 % en los últimos 10 años, en los que el porcentaje ha pasado del 15 % al 33 %.
AUMENTAN LAS ALERGIAS
Además, las partículas emitidas por los coches y calefacciones que utilizan diesel como combustible contribuyen al aumento de las alergias en ciudades.
En las ciudades y poblaciones con autopistas cercanas hay menos concentraciones de pólenes que en las zonas rurales, pero las enfermedades alérgicas son más frecuentes en las ciudades por el ambiente hostil producido por la emisión de partículas diesel sobre los cipreses y arizónicas, que dan lugar a pólenes más agresivos, con proteínas diferentes a los de zonas no contaminadas.
Estas proteínas, denominadas proteínas de estrés, se producen como mecanismo de defensa de las plantas frente a agresiones como la contaminación, sequía e infecciones de las plantas.
También se produjo en la primavera un incremento de los pólenes de gramíneas en Toledo, debido a las abundantes lluvias de germinación que se registraron de octubre a marzo, cuando se registraron 245 litros por metros cuadrado, un 20 % superior a la media que se sitúa en 203 litros por metro cuadrado.
En cambio, los alérgicos al polen de olivo han tenido escasos síntomas por los bajos niveles de pólenes, en contraposición a lo que ocurrió el año pasado.
Otros pólenes que producen problemas alérgicos como el plátano de sombra y la salsola han tenido niveles similares a los de años previos, aunque la salsola ha prolongado su polinización hasta finales de octubre debido a las cálidas temperaturas del otoño.