El río Tajo a su paso por Toledo soporta una gran cantidad de vertidos, autorizados o no, y su continuidad está fragmentada por barreras como los azudes. Estas son dos de las conclusiones que ha presentado la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss después de recoger los datos del proyecto InvesTAJO, una plataforma de ciencia ciudadana que ha aunado las denuncias de los ciudadanos sobre los problemas que sufren los ríos de la cuenca del Tajo.
A través de InvesTAJO, la Cátedra ha recibido 3.421 incidencias en 36 ríos, recopilados por 45 personas que han contribuido, con sus fotografías y con su información, a la creación de este proyecto de ciencia ciudadana que se puede consultar en un mapa web.
«No hacemos ninguna denuncia como tal sino que vamos recogiendo lo que nos aparece en el visor. Esta es la realidad que tenemos, la que se ha recogido», ha explicado Raúl Urquiaga, investigador I+D+i de la Cátedra del Tajo UCLM-SOLISS, en la presentación de los datos de InvesTAJO.»La Confederación Hidrográfica sabe que existe el visor y esperamos que la CHT utilice la información que para eso está», ha incidido el investigador de la Cátedra del Tajo, que espera que la información aportada por los ciudadanos pueda dar a conocer los peligros que sufre el río.
Vertidos, azudes y una senda no tan ecológica: los problemas que sufre en Tajo en Toledo
«En Toledo, la representación de los problemas es bastante grande con el 14% de las presiones», ha expuesto Urquiaga. En total, InvesTAJO ha identificado 26 vertidos a su paso por Toledo, un dato preocupante. «Hay más de un punto de vertido por kilómetro. No son del mismo tipo, pero sí encontramos bocas por las que ha discurrido agua al Tajo. Lo más preocupante es que no están recogidos en el censo de la Confederación Hidrográfica del Tajo», ha subrayado Urquiaga, que ha reconocido que parte de esos vertidos pueden estar «fuera de la legalidad».
Algunos ejemplos de vertidos están en diferentes puntos de la ciudad: en el Polígono, cerca del casco histórico, alrededor de la senda. «Aparece un desagüe en el Polígono por donde discurre un vertido negro con olor desagradable. No debería producirse», ha apuntado Urquiaga.
Además de la gran cantidad de vertidos, las denuncias se concentran en los azudes. «Nos llama la atención la altísima fragmentación del río en 13 kilómetros, donde hay 11 barreras y que solo dos no tienen uso. Esto altera la dinámica fluvial y continuidad del río y favorece la presencia especies invasoras y vegetales y que no serían las propias». La problemática de los azudes sobre el Tajo ha sido objeto de discusión y de posiciones encontradas. La CHT anunció que los iba a retirar y la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo contrarrestó la noticia afirmando que estaba en contra de su retirada por ser un «elemento patrimonial de primer orden que merece ser conservado».
«Una senda que produce daños a la ecología de la ribera del río no es tan ecológica», sentencia Urquiaga, que ha expuesto los problemas que se han registrado alrededor de la senda como la eliminación de la vegetación de la ribera del río.
InvesTAJo ha contado con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia e Innovación. Ahora, el proyecto se presentará, también a la CHT, y continuará intentando ampliar la muestra para «mostrar la realidad» en la cuenca del Tajo.