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jueves, 21 de noviembre de 2024
Convento de San Clemente.
Un libro de Laura García - 21 febrero 2023 - Toledo

Divulgar la historia de los conventos de clausura femeninos de Toledo para conocerlos y salvarlos del cierre. Con ese gran reto, la historiadora y guía toledana Laura García ha publicado el libro ‘Clausuras de Toledo’, un recorrido por 11 cenobios con el que lanza una nueva señal de alarma sobre la necesidad de ayudar a proteger estos riquísimos espacios que «atesoran la historia de mil años de España y la memoria de grandes mujeres».

Muchos de ellos llevan activos 1.000 años

Este libro, disponible en Santo Domingo el Antiguo, Santa Isabel, San Clemente y Comendadoras de Santiago, y librerías asociadas a la Asociación de Libreros de Toledo, además de aunar la dispersa bibliografía que hasta la fecha se había realizado sobre estos espacios, ve la luz con un marcado cariz solidario: cinco de los 20 euros que cuesta irán destinados de forma íntegra al mantenimiento y conservación de estos lugares religiosos.


Así lo ha detallado en conversación con Europa Press la autora, que ha lamentado el escaso interés que los cenobios han despertado, pese a ser Toledo, junto con Sevilla, la ciudad que más tiene por metro cuadrado. Quizá por el gran desconocimiento y el cierto «rechazo» que, en la actualidad, se tiene de lo que supone la vida contemplativa.

«Forman parte de la historia universal. Muchos de ellos llevan activos mil años. Atesoran la historia de mil años de España y la memoria de grandes mujeres con perfiles de los más variado, que hay que recuperar», ha reivindicado.

Mujeres emprendedoras, hijas de reyes…

Según García, aunque ahora sorprenda, por los conventos de clausura toledanos han pasado mujeres emprendedoras que han puesto en marcha lavanderías, talleres de costura u otras actividades, con las que han podido mantener a flote estos lugares, esenciales en la vida toledana. Pero también albergaron a hijas de reyes, a monjas misioneras, boticarias, artistas o escritoras.

«Es el caso de sor Encarnación Heredero, monja de clausura del convento de Santa Isabel, que a principio de siglo XX fue la primera mujer en ser miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, o sor Jerónima de la Asunción, primera mujer misionera en las Islas Filipinas. Salió también del convento de Santa Isabel con 65 años de los del siglo XVII y cruzó medio mundo para llegar a Filipinas y abrir un convento, en el que se admitían a todas las mujeres que quisieran ingresar sin hacer distinción de su condición o de su raza. Fue muy revolucionario en la época», relata.

Hacer malabares para no echar el cierre

Pero estas comunidades que otrora resplandecieron y cumplieron una labor social muy importante, ahora se ven abocadas a la extinción. Según ha alertado esta historiadora toledana, la elevada media de edad de sus integrantes y la falta de vocaciones obliga a los 10 conventos de clausura que quedan abiertos en el barrio antiguo de Toledo –en los últimos años ya han cerrado Santa Úrsula, las Benitas, las Capuchinas y Santa Clara– a hacer malabares para no echar el cierre.

«Es un milagro que las monjas hayan logrado conservar ese legado cultural e histórico a lo largo de tantos siglos, porque lo hacen sin ningún tipo de ayuda. La gente no sabe que son autónomas. Como cualquier hijo de vecina, viven de su trabajo. Con él mantienen los conventos, que son su casa. Y esto no es tarea fácil, es algo encomiable», resalta esta historiadora, que precisa que todas estas órdenes son mendicantes y dependen de donaciones.

Se ve como algo misterioso…

La precaria situación en la que ya estaban empeoró con el COVID, que les obligó a prescindir de los pocos ingresos que por sus actividades recibían del exterior y les impulsó a pedir ayuda. De esta petición surgieron las visitas solidarias que guías toledanos, como Laura García, organizaron para contribuir a que las comunidades recuperaran ingresos, y que son el germen de este libro, dado el gran interés que despertaron.

Pese a ser comunidades de clausura, esta guía asegura que sus moradoras se han mostrado «muy receptivas, colaboradoras y agradecidas» ante la posibilidad de poder dar a conocer su modo de vida. «Mucha gente piensa que son extraterrestres. No saben que tienen una vida regulada por la oración y el trabajo y que cumplen una función social importante. Unas se dedican al cuidado de niños, otras a la costura. Se ve como algo misterioso, que a veces genera cierto rechazo. Por eso, mi función desde el primer momento es contar cómo es su día a día, cómo son sus conventos. Difícilmente puedes amar lo que no conoces», defiende.

Abrir sus puertas a un turismo respetuoso

Con esa intención de concienciar de la necesidad de proteger estos místicos y milenarios espacios, «que al fin y al cabo son de todos», esta guía e historiadora aboga por abrir sus puertas a un turismo respetuoso que les garantice unos ingresos, y que sea compatible con la vida contemplativa de sus religiosas. «Las Descalzas Reales de Madrid es un ejemplo perfecto. Durante el horario de visitas, la comunidad se retira a otra parte y no interfiere en su vida. Pero eso depende de las condiciones de cada convento y de cada comunidad».

De igual modo, considera necesario abrir un diálogo entre instituciones políticas, culturales y órdenes religiosas, porque las comunidades, por sí solas, «no puede hacerse cargo de todos estos inmuebles». «Si cada uno pone algo de su parte, quizá entre todos conseguimos algún resultado».

«Hay un desconocimiento total de lo que es la vida en clausura»

A juicio de García, actualizar el significado de lo que supone la vida contemplativa puede ser otra de las soluciones. «Hay un desconocimiento total de lo que es la vida en clausura. En nuestra sociedad la gente que tiene un vacío espiritual busca cubrirlo con yoga, mindfulness o filosofías orientales. La contemplación que se practica en los conventos no dista en gran medida de lo que se practica en un monasterio tibetano. Eso nos parece exótico, maravilloso, pero por el prejuicio que tenemos hacia lo que es la religión, no endentemos que esto es igual, pero mucho más cercano a nuestra cultura», sentencia.

‘Clausuras de Toledo, guía para descubrir su historia, arte y espiritualidad’ se presentará a partir de las 19 horas de este jueves, 23 de febrero, en la iglesia del convento de Santo Domingo el Antiguo.

En la puesta de largo del libro, que ha sido prologado por el arzobispo, Francisco Cerro Chaves, acompañará a la autora el provicario general y vicario para la Vida Consagrada, Raúl Muelas.

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