La procesión del Santísimo Cristo de la Vega arrancó a las 0 horas ya del Viernes Santo toledano. A medianoche y desde la Catedral, comenzó su estación de penitencia el Cristo de la Vega, una imagen que data de antes de 1554 y que representa un cristo muerto en la cruz con el brazo derecho desclavado del madero.
Su salida, en el primer minuto del Viernes Santo, fue anunciada con los acordes del himno nacional, interpretado por la banda de cornetas y tambores de la hermandad del Santísimo Cristo de la Vega. La marcha procesional acabó en la Basílica del Cristo.
[ze_summary text=»La imagen es del Cristo muerto en la cruz, con el brazo derecho desclavado del madero»]La imagen es del Cristo muerto en la cruz, con el brazo derecho desclavado del madero[/ze_summary] [ze_gallery_info id=»117892″ ]
Su origen pudo estar en un grupo escultórico de un Descendimiento, del que han desaparecido las imágenes. La primitiva imagen es de autor desconocido y se encontraba en la basílica ya en 1554 según el historiador toledano Francisco de Pisa y fue inspiración de la famosa leyenda “A buen juez mejor testigo”, de Zorrilla.
Quemada por los franceses en la guerra de la Independencia, la cabeza se conserva en el convento de San Antonio de Toledo; la actual es una copia fiel de la original, de ahí su estilo gótico.
La talla pesa 800 kilos
La talla va sobre andas de madera con dos cuerpos, alumbrándola cuatro faroles con cinco brazos cada uno; su peso es 800 kilos. Fue portada por los cofrades durante todo el recorrido, con relevos de 10 en cada tramo del recorrido. Acompañaba a la imagen su propia banda de tambores y cornetas, compuesta por 20 cofrades, los más jóvenes de la hermandad.
Los cofrades visten una túnica de color granate con capuz y escapulario blanco, este bordado con una corona de espinas y tres clavos. Ciñen la túnica con un cíngulo amarillo y sobre el pecho cuelga, pendiente de un cordón amarillo y granate, una medalla con la imagen del Cristo.