En muchas ocasiones las riberas de los ríos sirven también de vertedero de muchos y variopintos residuos que, por la dejadez y despreocupación de algunas personas, acaban postrados en el fondo del cauce, quizá durante días, durante meses o, tal vez, durante años. Esto también ha pasado -y pasa- en Toledo, donde el domingo 18 de marzo se acabaron recogiendo 22 metros cúbicos de basura.
El colectivo juvenil #MeMojoPorElTajo junto a la Plataforma de Toledo en defensa del Tajo, han realizado una pequeña pero productiva batida para retirar residuos de la orilla y del fondo del Tajo, en la zona del parque de los Polvorines, muy cercana al campus universitario de la Fábrica de Armas. «De lo que fue años atrás un lugar ideal para transitar y disfrutar de él, ahora queda un paisaje desolador», explican desde la el colectivo, en un manifiesto hecho público tras la recogida de basuras, en la que han participado también la Asociación Amigos por la naturaleza y Ecologistas en Acción de Toledo.
Allí, 14 personas, 12 de ellas voluntarias y otros dos agentes medioambientales, han participado en esta batida. Sedales de pesca, estructuras metálicas, plásticos de packs de botes de bebida, que son una trampa mortal para aves, peces e incluso reptiles, así como botes de pintura de graffiti, son algunos de los objetos que más se han encontrado en esta zona de Toledo; una basura que «no ha llegado sola», tal y como dicen en el manifiesto, y ante lo que se visibiliza «una responsabilidad ineludible de toda la ciudadanía».
«Todos tenemos una parte de responsabilidad» en este vertedero
La mala gestión de los residuos en zonas como el parque de los Polvorines hace que muchos objetos acaben en el fondo del agua, algo que merece una profunda reflexión. «Toca decir que bien por acción o por inacción, todos tenemos una parte de responsabilidad», lamentan desde la Plataforma del Tajo en Toledo y desde el colectivo juvenil #MeMojoPorElTajo.
La basura recogida significa que cada usuario no se ha hecho cargo de los residuos que ha generado y que ha acabado, particularmente, en este lugar que además es en un espacio de recreo y distensión en la ciudad.
Así, denuncian que este enclave y sus polvorines «que en su día formaron parte de la conocida fábrica de armas de Toledo», muestran además un estado ruinoso, como también «es el caso del antiguo molino que se encuentra ubicado al noroeste del recinto».
Un vertedero no invita a ser cuidado… pero la situación tiene que tomar una dirección diferente[/ze_summary]
«Somos conscientes de que un vertedero no invita a ser cuidado», explican en el manifiesto, por lo que ha sido la propia ciudadanía la que, tal y como explican, «ha dado un paso adelante»; un gesto que sirve no solo para visibilizar la situación particular de este enclave y su entorno, sino también que pretende ser «un punto de partida», no solo para la gestión de residuos, y para que «la situación del parque retome una dirección diferente a la que lleva padeciendo desde hace años».
Ante la evidente dejadez y «numerosos» problemas que se acarrean en este espacio, desde el colectivo lanzan un aviso a las instituciones, para que traten de cambiar el «estado ruinoso» de este paraje. Además, avisan de que se merece una «especial atención» al ser una zona que sirve para que algunas aves «que aún tienen el atrevimiento de establecerse en torno a nuestro maltratado y saqueado Tajo», explican, aniden en este lugar.
Dificultades en la biodiversidad toledana
Esta zona, como otras en Toledo, sufre una «frecuente escasez del caudal del río», tal y como relatan, así como otras dificultades a las que hacer frente, como también la contaminación evidente y el ataque de «las especies invasoras», entre ellas el alianto, una especie que ha desplazado a los árboles autóctonos y que debilita «la biodiversidad de nuestro entorno», explican en el manifiesto.
«El papel de las instituciones es imprescindible», proclaman desde las plataformas conservacionistas. Es por ello por lo que piden, una vez más en este largo camino de reivindicaciones, que haya un mayor esfuerzo tanto por la recuperación del parque de los polvorines en particular, como por la recuperación y conservación «de otros espacios naturales como este».
¿La recompensa? «Que nuestros vecinos y vecinas puedan volver a sentir (el parque) como propio y que valoren otros espacios naturales que estén bien cuidados «como se merece».