El proyecto Santa Marta, de Cáritas Toledo, ha acompañado a 74 mujeres de la provincia que han querido dejar de ejercer la prostitución o han sido víctimas de trata y explotación sexual, desde que se puso en marcha esta iniciativa en 2015.
Para Andrea, una de las mujeres del proyecto ha asegurado que su expareja la obligo a prostituirse para poder pagarse la droga: «Ha sido la peor experiencia de mi vida. Es inhumano».
Siete de estas 74 mujeres han sido víctimas de trata, tres eran explotadas por sus parejas y una explotada laboralmente, han explicado este miércoles en una rueda de prensa la secretaria general de Cáritas Diocesana de Toledo, Mónica Moreno, y la responsable del Proyecto Santa Marta, Paloma Martín de Vidales.
Asimismo, han precisado que actualmente están siendo atendidas 23 mujeres a través del proyecto, de las que dos tienen la acreditación de víctimas de trata, y otras dos han sido explotadas, una sexualmente por su esposo y otra laboralmente, ha informado en una nota de prensa Cáritas Diocesana de Toledo.
También ha señalado que hay cuatro mujeres con las que el equipo del proyecto Santa Marta, una trabajadora social y una psicóloga está trabajando para evitar el acceso a la prostitución.
Cáritas Diocesana de Toledo ha indicado que en 2015 se puso en marcha el Proyecto Santa Marta de acompañamiento y ayuda a mujeres que ejercen la prostitución a salir de esta situación.
Intervención y perfiles
Vidales ha detallado que a las mujeres que ejercen la prostitución se les ofrece una salida real, y espacios de encuentro a las mujeres que están en riesgo de acceder a esta práctica.
Igualmente, ha apuntado que al proyecto se accede a través de diferentes vías: por los técnicos de los servicios sociales de Atención Primaria; los técnicos de otras entidades –trabajando en red- como Médicos del Mundo; por la red de Cáritas Parroquiales y por otras mujeres que ya han participado o están en el proyecto Santa Marta.
Desde el proyecto, que cuenta con financiación del Gobierno regional, se acoge a las mujeres, que empiezan a manifestar sus deseos y demandas, se abren a la información recibida y comienzan a pensar en posibles cambios en su vida. Además se les hace acompañamiento en el proceso de recuperación y cambio de vida, para llegar al momento de la consolidación, la aceptación y la integración en su entorno.
En cuanto a los perfiles, según la experiencia de Cáritas, se destaca la entrada de mujeres con visado de turista y con gran desinformación. Al respecto, Martín de Vidales ha comentado: «Se está produciendo a nivel general en todos los territorios un cambio de espacio y una deslocalización de la prostitución».
Por este motivo, están descendiendo los clubs en los que se ejerce la prostitución, que están registrando un cierre paulatino, mientras que hay un mayor número de pisos y mucha menos prostitución en calle, ha añadido
En este sentido, ha señalado que también hay nuevos espacios dónde las mujeres hacen contactos, como bares en los que quedan y luego van a un lugar a ejercer la prostitución, o el «co-working» (espacios con habitaciones).
E igualmente, la responsable del proyecto Santa Marta ha dicho que cada vez hay más mujeres a las que las obligan a salir en busca de clientes, y suelen ir después a casa de la persona que acude a la prostitución y además se consiguen contactos con las redes sociales y las nuevas tecnologías.