A veces la memoria histórica cierra el círculo. No sucede en todos los casos, pero sí que ha ocurrido para Irina Fomina. Tras años de búsqueda, por fin pudo localizar la tumba de su abuelo. Y fue en Castilla-La Mancha, en concreto en el cementerio de Santa Cruz de la Zarza, en la provincia de Toledo.
Allí descansan los restos de Fiodor Dombrovsky, un piloto soviético que luchó junto a las tropas republicanas en la Guerra Civil Española. Dombrovsky fue herido en un combate aéreo en Talavera el 6 de diciembre de 1936 y falleció al día siguiente en el hospital, cuando tan solo llevaba un mes en España.
Fue enterrado junto a otros pilotos soviéticos en el cementerio de Santa Cruz de la Zarza. En el aeródromo de la localidad tenían la base y allí fueron enterrados. 82 años después su nieta, Irina, y su bisnieta, Evagelina, pudieron visitar la tumba. El camino no ha sido corto, la familia lleva más de 50 años buscando la tumba de este piloto que fue condecorado con la «Orden de la Bandeja Roja» tras su fallecimiento.
La búsqueda la comenzó el padre de Irina, que solo tenía un año cuando murió Fiodor. «Cuando falleció mi abuelo, mi padre tenía un año y no se acuerda de él», recoge la agencia rusa de noticias RIA Novosti y publica Russia Beyond, «pero durante toda su vida quiso dar tributo a la memoria de su padre«, apunta sobre la razón por la que su padre inició el periplo para encontrarlo en el año 1956, pero fue ella la que lo consiguió.
Lo primero que descubrió fue que estaba en Toledo, pero nunca logró viajar para comprobarlo. Posteriormente la Embajada Rusa en España conoció que los pilotos fallecidos, de los cerca de 20 que colaboraron con los republicanos desde Santa Cruz de la Zarza, estaban enterrados en el cementerio de la localidad.
Fomina buscó en los archivos militares soviéticos y encontró información de sobre el memorial que se había colocado en el cementerio de la provincia de Toledo, el mismo que visitaron el pasado 2 de noviembre. Posteriormente se puso en contacto con la Embajada Rusa en Madrid para poder concretar una visita. Cuando ya estuvo lista, la nieta llevó hasta el Santa Cruz de la Zarza arena del cementerio de Moscú donde estaba enterrado su padre.
Un solemne homenaje en Santa Cruz de la Zarza y un brindis con vodka
Hasta que llegó el día de viajar a España. El pasado dos de noviembre Fomina y su hija Evangelina asistieron a un homenaje que se realizó en Santa Cruz de la Zarza. En él estuvieron acompañadas de una delegación de la Embajada Rusa en España, encabezada por el primer consejero de la Embajada de la Federación Rusa en España, Mikhail Rossyiskyi, así como por la corporación del Ayuntamiento de Santa Cruz de la Zarza, entre la que estaba el alcalde de la localidad, Luis Alberto Hernández Millas.
El solemne homenaje junto al memorial que se halla en el cementerio consistió en una ofrenda floral y breves intervenciones de Rossyiskyi, de Hernández Millas, del general Luis Gomez-Hortigüela, de la Asociación de Desaparecidos en Rusia (cuya investigación han sido decisivas a la hora de identificar a los aviadores soviéticos) y finalmente Irina Fomina. Tras los honores a los aviadores fallecidos en la guerra, todos los presentes se desplazaron hasta la taberna «El Sótano», un establecimiento que solían frecuentar los soldados soviéticos durante se periplo en el pueblo castellano-manchego. Allí brindaron con el típico vodka ruso y posteriormente fueron todos juntos a disfrutar del almuerzo que había preparado el Ayuntamiento, tal y como informa el Consistorio en su cuenta de Facebook.