Es bien sabido que Toledo esconde miles de rincones en los que perderse para descubrir su inmensa historia, pero, también, aguarda numerosos secretos aún por descubrir. A partir de ahora, cualquier turista tiene un nuevo lugar en el que descansar y a la vez recorrer más de 1.000 años de vida: el nuevo Hotel Aurea Toledo, un espacio lleno de lujo donde vivir un particular viaje en el tiempo.
Este nuevo hotel, que cuenta con la distinción de cuatro estrellas y pertenece a Eurostars Hotel Company, cadena hotelera de Grupo Hotusa, aterriza en pleno casco histórico de Toledo, al pie de la catedral, en una trama urbana intrincada conocida como el Barrio de los Canónigos o del Pozo Amargo.
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Un edificio del siglo XI donde descansar y disfrutar del pasado
Al encontrarse con la fachada de este edificio es difícil imaginarse la historia que alberga dentro. Sin embargo, al traspasar las puertas nos encontramos con elementos constructivos sorprendentes. En el recibidor encontramos bóvedas o pesebres que eran utilizados para el ganado datado del siglo XIV.
Así lo ha explicado el arquitecto responsable del proyecto en una visita guiada que se ha llevado a cabo este martes, y en la que ha estado el presidente regional, Emiliano García-Page; el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez; la presidenta de la Diputación, Conchi Cedillo; y el delegado de la Junta en Toledo, Álvaro Gutiérrez.
Este edificio, originario del siglo XI, albergaba viviendas “comunales” en las que podían llegar vivir de 16 a 80 personas. Eran casas conectadas unas con otras, propiedades solapadas, laberintos de casas patio de la época medieval, en las que el patio es el espacio más característico y el elemento vertebrador de la distribución del inmueble.
En todo momento, este grupo hotelero ha recuperado y preservado elementos que estaban presentes en la parcela desde hace más de mil años, algunos incluso de origen árabe anteriores a la llegada de Alfonso VI a la ciudad.
Yeserías, bóvedas, elementos de madera como vigas islámicas, caligrafías árabe con pigmento de oro datada en el siglo XI, frescos del siglo XII son algunos de los hallazgos ocultos en este hotel-museo que ahora se puede conocer al recorrer las distintas estancias y habitaciones.
Esta construcción ha sido objeto de múltiples reformas y alteraciones a lo largo de su historia para adaptarse a las necesidades de sus muchos ocupantes. Desde la época árabe hasta nuestros días, se han preservado en su restauración elementos de gran valor patrimonial dotando al hotel de una personalidad única.