Un 28 de marzo de 1988 (hace ya 30 años, que se dice pronto) abría sus puertas en Toledo el Hotel Beatriz, un nombre muy familiar para la mayoría de los toledanos ya que por aquí han pasado personajes políticos y culturales de primer orden: la Reina Sofía, Adolfo Suárez, Felipe González, Felipe Campuzano, Fernando Hierro, Paco Buyo… La empresa fundada por Justino Pérez, con más incertidumbres entonces que certezas, dio sus frutos y el negocio se expandió a otras ciudades de la geografía española.
La matriz toledana siempre ha conservado su caracter institucional como lugar de reuniones y de acontecimientos políticos y culturales. Con una tercera generación incorporándose a la gestión hotelera, el actual director, Justino Pérez hijo, echa la vista atrás con encastillalamancha.es para realizar un recorrido por la historia del negocio familiar que ha conseguido hacerse un hueco en la memoria reciente de Toledo.
Políticos, artistas, deportistas…
En sus 30 años de vida, el Hotel Beatriz se ha convertido en un lugar emblemático, acogiendo las reuniones y congresos más importantes que han pasado por la ciudad de Toledo. Practicamente todos los cierres de campaña durante el gobierno de José Bono han contado con el cátering de este hotel y la lista de personalidades del mundo de la política, la cultura y el deporte es interminable: desde los Reyes eméritos de España hasta Adolfo Suárez, Felipe González…
En el album fotográfico que les ofrecemos encontrarán: a los Reyes eméritos de España, el Rey Juan Carlos I y la Reina Sofía; el actual Rey Felipe VI, por entonces príncipe; Adolfo Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, Ruiz Mateos, José Bono, los deportistas del Real Madrid Fernando Hierro y Paco Buyo, el pianista Felipe Campuzano, el presentador Pepe Navarro, el astronauta Pedro Duque, los alcaldes toledanos Joaquín Sánchez Garrido (1991-1995) o Agustín Conde (1995-1999), Miguel Ángel Ruiz-Ayúcar (presidente de la Diputación de Toledo), Carlos Mora (Delegado del Gobierno en CLM)… y hasta el príncipe herdero de Japón, Naruhito.
El comienzo «incrédulo» de Justino Pérez
El hotel comenzó como una apuesta personal cuando Justino Pérez decidió dar un giro a los planes de la últimas viviendas que se iban a levantar en la zona de la carretera de Ávila y construir en su lugar un complejo hotelero. Por entonces la familia ya contaba con un hotel en Talavera que fucionaba desde 1983. «Nos iba bien en Talavera así que nos preguntamos ¿y por qué no en Toledo?», cuenta Justino Pérez hijo.
Toledo era la ciudad «donde se tenía que hacer el papeleo», como relata Pérez. Su padre supo ver ese nicho de mercado y se lanzó a por él con un hotel que inauguraron el 28 de marzo de 1988, muy cerca de la Semana Santa. «Cuando se empezó a construir era algo incrédulo. Nadie en la ciudad creía en este proyecto», confiesa el actual director del Hotel Beatriz en Toledo, «Las autoridades incluso le decían a mi padre: con 100 habitaciones Justino hay más que suficiente ¿dónde vas? Mi padre, por suerte, hizo caso omiso y como se ha demostrado el criterio que siguió para crear este hotel funcionó y le ha permitido ser los cimientos de la expansión posterior.»
[ze_summary text=»Francia, Suiza… mi padre quemó tres volvos en cuatro o cinco años para comercializar el hotel»]Francia, Suiza… mi padre quemó tres volvos en cuatro o cinco años para comercializar el hotel[/ze_summary]
Claro que fueron necesarios muchos viajes para dar a conocer el nuevo hotel y atraer clientes. Lejos de las telecomunicaciones y campañas de marketing actuales, Justino Pérez emprendió el camino al extranjero con un sencillo equipo de viaje: «Mi padre recorrió Francia, Suiza y todo el centro de Europa con su cochecito. En cuatro o cinco años había quemado tres volvos de los kilómetros que les hacía. Entonces no había los medios de ahora, así que cogía sus postales y sus fotos y se las llevaba a las agencias de viajes… y así fueron sus comienzos».
Pérez recuerda estos años como un periodo de mucho trabajo: «En mi casa no se tenían conversaciones de esas de ¿dónde nos vamos de vacaciones? Trabajar, trabajar y trabajar era la palabra de la casa.» Pérez no olvida esa «fuerza de voluntad» de su padre, del que explica siempre hacía todo pensando en el biesnestar de sus hijos: «Las únicas vacaciones que he conocido a mi padre fue cuando se marchó a Canarias, y allí ya se retiró».
El «tsunami de la crisis» de 2008
Con los años, el negocio de Justino Pérez no hizo si no crecer: Canarias, Valencia, Albacete… hasta llegar a siete hoteles repartidos por toda España. En 2006 el volumen de habitaciones y plazas hoteleras alcanzado por la cadena estaba en su punto álgido. Si bien, la expansión no salió indemne a los efectos de la crisis económica de 2008.
El «tsunami de la crisis», como lo llama Pérez, se llevó por delante dos de sus hoteles: «Todo ese castillo se nos vino abajo». Aunque en Toledo los vaivenes del estrago económico no consiguieron tumbar la solidez conseguida a lo largo de dos décadas. Y es que la vertiente del negocio sigue siendo la misma que en sus incios: «Atendemos al ámbito empresarial, acogemos convenciones…».
Los millennials y la tercera generación que se incorpora al negocio
A día de hoy, dos hermanos están al frente de la cadena hotelera y ya hay una tercera generación incorporándose al negocio: «Vamos a intentar seguir en la vanguardia del negocio hotelero con nuevas tecnologías para captar al cliente más joven.»
Si a finales de los 80 los toledanos marcaban las exigencias, ahora son los «millenials» los que establecen la pauta, un segmento al que Justino Pérez reconoce, todavía está intentando adaptarse: «Es un grupo de edad del que aún no tenemos claras sus preferencias. La gente con 30 años tiene ahora infinidad de recursos que no es fácil catalogar.»
Aunque el turismo asiático aporta un potencial nada desdeñable, las convenciones continúan siendo uno de los principales motores del Hotel Beatriz: «La estructura tecnológica que hace falta implantar para dar servicio a estas convenciones es abismal.» A la pregunta de si mantendrá el Hotel Beatriz la misma actividad que le ha caracterizado hasta ahora Pérez es optimista: «Si nos dejan, seguro que sí».
Y es que 30 años no es nada…