Si por la mañana fue la recepción oficial, tras la que medios y autoridades comprobaron la enorme popularidad del que es uno de los mejores deportistas españoles más mediáticos del momento, por la tarde el baño de masas del campeón mundial de UFC, Ilia Topuria, en Toledo, Ciudad Europea del Deporte 2025, fue absoluto, incontestable, tremendo.
A falta de unos días para el fin del primes trimestre del año, la proyección social que está teniendo la Ciudad Europea del Deporte es innegable tras el partido de las selección española absoluta de fútbol sala y la llegada del luchador hispano-georgiano a Toledo. A primera hora de la tarde el rehabilitado pabellón de San Lázaro, atestado de jóvenes admiradores de Topulia, le aguardaba para que este inaugurara un «nuevo» pabellón que resucita al añejo, el que, según volvió a asegurar el alcalde, Carlos Velázquez, es el más antiguo de España.
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El pasado deportivo de Toledo
Velázquez rememoró el pasado tan atlético y deportivo de Toledo, de cuando en ninguna parte se hacía gimnasia de forma reglada en España excepto en la Escuela Central de Educación Física de Toledo, en concreto en el viejo pabellón que es un BIC (Bien de Interés Cultural).
Ilia Topuria dijo que el pabellón es un «espacio emblemático». Y lanzó un mensaje a la chavalería: «Para cualquiera que tenga un sueño, la vida le va a poner pruebas, pero no hay que rendirse nunca ni abandonar. ‘¡Viva Toledo! ¡Vámonos!»
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Tras estas palabras, el alcalde mostró al campeón mundial algunos de las fotografías y textos informativos que decoran las paredes del pabellón y exhiben la rica historia del mismo, tras lo cual Topuria asistió a varias exhibiciones de sendos luchadores de varias disciplinas; kárate (a cargo de Kidokan), boxeo, aikido, MMA y capoeira.
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Topuria se paró a todo
Todo entre una multitud entusiasta que reclamaba la atención y los autógrados de un amabilísimo Topuria.
De ahí la masiva comitiva solo tuvo que desplazarse unos pocos metros para acceder a la entrada a la ECEF por la avenida General Villalba, un larguísimo paseo de arena, flanqueado por una alineada multitud, en cuyo principio estaba oculta la placa con el nombre de «paseo Ilia Topuria».
Y, después de un buen rato de más firmas de autógrafos, el campeón descubrió la placa y llegó la ovación. De ahí, el largo pasillo hasta la Escuela Central de Educación Fisica, donde Topuria terminaba la jornada con una charla formativa con los chavales, encantados con la cercanía de su ídolo.