Una investigación a lo largo de diez años ha situado el antiguo teatro romano de Toletum en el centro de la ciudad, a través de la teledetección que ha permitido identificar una estructura fosilizada en la zona céntrica de la actual Toledo, que puede corresponder con el teatro perdido.
Los autores del estudio, titulado ‘El teatro romano de Toletum. Datos para su identificación en un contexto urbano contemporáneo’ y publicado en la revista del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, son el arqueólogo toledano Arturo Ruiz Taboada y la investigadora Sandra Azcárraga.
En declaraciones a la Agencia EFE, Ruiz Taboada ha explicado que el descubrimiento del teatro romano a pocos metros de la Catedral y el Alcázar de Toledo viene a raíz de una serie de investigaciones desde hace más de una década en busca de uno de los edificios lúdicos de Toledo que aún permanecía sin descubrir.
Los investigadores se sirvieron de la documentación histórica y de la historiografía publicada sobre posibles ubicaciones del teatro romano y de la viabilidad de que estuviera en el centro de la ciudad; y tras revisar cartografía y sobre todo fotografía aérea, descubrieron una planta en el entorno del Corral de don Diego que podría corresponder con el teatro, además de lograr una imagen tridimensional del volumen de este espacio.
Esta imagen, ha especificado Ruiz Taboada, responde a lo que se conoce como fosilización de arquitectura, que está presente en todo el mundo romano y en España en ejemplos como el teatro de Huesca; y dicha imagen también permitió completar la localización de los otros dos grandes edificios lúdicos romanos: el circo y el anfiateatro.
El resultado, a juicio del arqueólogo toledano, va a cambiar las líneas de investigación utilizadas en el estudio del Toledo romano hasta hace poco tiempo, y en un futuro el descubrimiento «invita no solo a excavar el espacio y contrastar empírica y arqueológicamente lo que se ha expuesto en el estudio, sino también a integrar un nuevo monumento en la ciudad que va a desvelar bastantes dudas sobre su pasado».
Uno de los teatros más grandes de la Hispania romana
El antiguo teatro de Toledo es relativamente grande en relación a los de la Hispania romana, ha detallado Ruiz Taboada, ya que tiene 90 metros de diámetro, que lo sitúa en uno de los más grandes junto con Sagunto y Mérida, y una capacidad de más de 6.000 espectadores.
Esto supone, ha detallado, que Toledo era una ciudad importante en esa época, una de las capitales de referencia conectada con Cartagena y Mérida y que, por tanto, era centro de esa España peninsular en formación durante la época romana.
Sobre por qué la investigación se ha dilatado tanto en el tiempo, ha sostenido que quizás buscaban en lugares equivocados y el hecho de plantear la propuesta de ubicación en el centro de la ciudad era «arriesgada» hasta la contrastación actual.
Los investigadores lo buscaban fuera de la ciudad, extramuros, junto al anfiteatro y al circo, y eso derivó en que no encontraran nada y se discutiera durante las últimas décadas sobre posibles ubicaciones pero basándose en datos erróneos.
Fue la recuperación del espacio urbano del Corral de don Diego a cargo del Consorcio de la ciudad de Toledo, la que sirvió para poder excavar en algunas de estos sectores, aunque sin ningún tipo de resultado evidente, pero sí permitió recuperar este espacio y dejarlo abierto para futuras investigaciones.
Comprender mejor el diseño y evolución de la ciudad antigua
Según el artículo de investigación escrito por los dos autores, esta propuesta de localización del teatro romano no solo permite diseñar nuevas líneas de investigación, sino que abre la puerta a comprender mejor el diseño y evolución de la ciudad antigua y ayuda a comprender el esquema tanto del foro como del teatro.
Asimismo, indica que poco se conoce y menos se conserva de la configuración del Toledo romano, ya que las profundas transformaciones llevadas a cabo tanto en la Alta y Baja Edad Media como en las épocas Moderna y Contemporánea, han hecho desaparecer cualquier vestigio monumental de su pasado romano.
La principal causa de ello radica en la sistemática reutilización de materiales constructivos en arquitecturas posteriores, convirtiéndose los monumentos romanos en canteras urbanas.
A ello se suma que la generalización de la producción de cal en la Edad Media ha supuesto la práctica desaparición de la estatuaria en mármol de la ciudad al ser la principal materia prima.
El estudio de una imagen aérea, unido al análisis del contexto topográfico e histórico, ha resultado crucial para sugerir la identificación exacta de la localización del teatro romano de Toledo, donde destaca la presencia de sillares reutilizados tanto en fachadas como en edificios históricos en el entorno, aún visibles en la fachada del número 9 de la calle Trastámara, en la portada en piedra que da acceso al Corral de don Diego por la plaza de la Magdalena -en las dos columnas de mármol- y en la Mezquita de Tornerías.
Esta ubicación del teatro en altura es probable que le permitiera ser visto desde la vega al norte, por donde llegaba la vía de entrada a la ciudad y donde se construyeron algo después el anfiteatro y el circo, si bien todo ello debería ser confirmado en un futuro estudio arqueológico multidisciplinar del subsuelo.
En opinión de los investigadores, la Administración local debería tomar la decisión de comenzar a realizar sondeos en algún espacio público del interior del perímetro restituido del teatro y una vez localizados los restos, su destino podría ser una recuperación parcial que preservara la urbanística medieval o incluso apostar por su excavación completa.