Un homenaje más que merecido para uno de los camareros más conocidos de Toledo, Javi Romero, de 32 años, y para su esposa, Gina, quienes murieron en un trágico accidente de tráfico en Ecuador hace ahora una semana cuando pasaban en su país natal unos días de vacaciones. Javi trabajaba en la taberna Embrujo y hoy tanto los propietarios como algunos de sus más fieles clientes han guardado un minuto de silencio en la puerta del local, en la toledana plaza de Santa Leocadia, en el casco histórico de la capital regional.
Previamente, Raúl Sánchez, uno de los dueños del Embrujo, había pronunciado unas palabras a modo de recuerdo de quien había sido su camarero desde el primer día y cuya desaparición ha causado un hondo pesar en la amplia clientela de la taberna, quienes todavía no se creen lo ocurrido.
Lagrimas, emoción… En el Embrujo hay un hueco imposible de llenar
A la cita no han faltado Adrián Sánchez, el alma de la taberna y padre de Raúl y César, además de su esposa, Concha; y el resto de sus compañeros.
Lágrimas, emoción, recuerdo, nostalgia… En el Embrujo falta alguien y su hueco será imposible de llenar.