A lo largo de este reportaje os vamos a «vender» Toledo. Seguro que no harán mucha falta, pero os vamos a dejar algunas recomendaciones. Recorreremos uno de los lugares culturales emblemáticos de la ciudad, la Biblioteca de Castilla-La Mancha, situada en uno de los torreones del mítico Alcázar, de la mano de Isabel Fernández, campeona del Mundo, de Europa y de España de parakárate en la modalidad de katas y ejemplo de superación y de amor a la vida, os dejaremos una galería de fotografías imprescindibles de Rebeca Arango que te abrirán los ojos de par en par…
Sí, me reafirmo, Toledo es única…
Comencemos por la recomendación de nuestra invitada a este paseo, Isabel Fernández, con quien estuvimos en la Biblioteca regional…
Fotos: la belleza eterna de Toledo, una ciudad para perderse
La lectura, las armas, Cervantes…
«Tengo muy buenos recuerdos de este lugar, porque cuando era pequeña, con 10 o 11 años, los fines de semana venía con una amiga a leer comics, porque mi madre no me dejaba leerlos en casa… Ja, ja, ja… También aprovechábamos para coger películas en DVD y las devolvíamos el fin de semana siguiente. Sí, creo que es una pasada tener una Biblioteca en un edificio como el Alcázar».
Una Biblioteca que depende de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y que es el centro bibliotecario más importante de la comunidad autónoma y, seguro, uno de los más destacados de España.
Isabel tiene también un recuerdo inolvidable del Alcázar… «Aquí participé en la carrera vertical de 2014, en la primera subida y bajada a los torreones. Siempre me recuerda una de mis grandes pasiones, correr».
Al lado, el Museo del Ejército, probablemente el más visitado de la ciudad. Se divide entre dos edificios: el Alcázar y el nuevo que se creó para tal fin, unidos por los restos que se hallaron en las excavaciones arqueológicas para su ampliación. En sus fondos se encuentra la historia de España y las aportaciones militares al progreso intelectual, social, cultural y científico del país.
De letras seguimos hablando, porque nadie mejor que Miguel de Cervantes para realizar, en una frase, la definición casi perfecta: «Toledo, solar hispano, crisos de la raza íbera. Dichoso aquel que naciera español y toledano».
10 ideas (hay cientos) que te recordarán, siempre, a Toledo
Pero vamos al grano… ¿Quieres preparar tu parada en Toledo? Podríamos recomendarte multitud de visitas, te haría falta toda una vida para conocer la ciudad, pero vamos a resumirlo en 10 ideas, ampliables a otros muchos que también merecerían la pena. Vayamos con ellos…
Porque «si sus ojos se han abierto de par en par, si una sonrisa recorre su rostro cada vez que vuelve la esquina, pero al mismo tiempo tiembla, recuerda y siente que viaja en el tiempo y que alguien de otra época se apoderó de su alma y la arrastra por una ciudad inolvidable… Está en Toledo. Y nunca lo olvidará. La piel de Toledo es de piedra, su alma es intangible y su apariencia queda para siempre en la retina. Si se trata de patrimonio, historia y arte, esta ciudad es una de las grandes del mundo”, como se afirma en el libro «Toledo Inolvidable», elaborado y editado por encastillalamancha.es en 2016.
Empecemos…
1 Vista de Toledo desde el Valle, como un cuento…
Tanto de día como de noche. Una maqueta al alcance de tu mano. La podríamos describir de numerosas formas, se llevaría los mejores calificativos. Impresionante. Sin más. Si en fotografía es una pasada, en vivo y en directo ni te lo imaginas. Ven y disfruta. Verás la silueta de la ciudad, de una ciudad de cuento perdida poco menos que en la Edad Media. Hasta El Greco (más sobre él en la idea número 8) la plasmó en dos de sus pinturas. Por eso Toledo está, de forma permanente, en Nueva York, en el Metropolitan Museum of Art.
Solo por esta visión ya merece la pena venir a esta ciudad de leyenda.
Isabel Fernández lo tiene muy claro: «Por la noche, cuando tengo una visita de fuera de Toledo, intento coger el coche y subir al Valle, para que vean la vista tan bonita que hay».
2 La Catedral, esa maravilla…
Cuando llegues a la Plaza del Ayuntamiento te vas a quedar sin aliento… Su mirada exterior, también de día como de noche, es digna de ver. En 1088 fue reconocida como Catedral primada. Su construcción, en un lugar sagrado, comenzó en 1226. En ella convergen todos los estilos artísticos, desde el gótico al neoclásico. En su interior, acércate al Transparente, esa maravilla de Narciso Tomé que fue concebida para la iluminación natural. Hecho de mármoles y jaspes, llegarás al cielo y volverás a la tierra… No olvides ir al claustro, levantado sobre el antiguo barrio comercial judío, la Alcaná. Sí, una pasada…
Justo al lado, el Ayuntamiento, obra de Juan de Herrera, Jorge Manuel Theotocopoulos y Teodoro Ardemans; el Arzobispado y la Audiencia Provincial. En unos pocos metros cuadrados están la representación política, judicial y religiosa. El centro del poder…
3 Corpus Christi, la procesión de procesiones
La procesión de procesiones. Tres jueves hay en el año que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión. Multicolor, variopinto, clásico, moderno… Un espectáculo para todos los sentidos, porque se ve, se huele, se siente, se palpa… y te envuelve. Calles engalanadas, olor a tomillo y romero, toldos por el recorrido… Y la Custodia de Arfe siempre presente. Solemne pero alegre. El Corpus es a Toledo lo que Toledo es al Corpus.
En 2022, el Corpus Christi se celebrará el jueves 16 de junio.
4 El mazapán, las carcamusas y el damasquinado
Bocado de reyes. O mazapán de Toledo. Almendras y azúcar. Tan simple como eso. El dulce que ha alegrado los paladares de varias generaciones. No te resistas, porque seguro que te arrepentirás.
Las carcamusas. O, lo que es lo mismo, carne guisada con tomate, guisantes y salsa que sea un poco picante. Aunque admite diferentes variedades. Con un buen vino o una cerveza fría, entran solas.
El damasquinado. La tradición y el arte en uno. Hilo de oro, oficio y paciencia. Artesanía pura. Es la artesanía típica toledana. La espada y el acero toledanos, históricamente apreciados en todo el mundo.
5 El Greco sigue vivo, sí… Y está en Toledo
El Greco. Su museo. En la judería, junto al Sefardí. Verás cómo se vivía en la época, puesto que se recrea ese ambiente histórico, y recorrerás las etapas de su pintura. Porque Toledo lleva la firma del Greco. Metros más arriba, la iglesia de Santo Tomé, donde se expone la obra. En mayúsculas. «El entierro del señor de Orgaz». La esencia del Greco. Es el entierro de Gonzalo Ruiz de Toledo, un hombre bueno, caritativo y generoso con los pobres…
O «El Expolio», que está en la Catedral. La figura de Jesús, con su manto rojo, que simboliza la soledad del ser humano ante la muerte. A su alrededor, las mujeres, la muchedumbre, rostros grotescos, picas y lanzas.
El Greco fue el extranjero que retrató el alma de Toledo. Aquí pintó todas las obras que le darían fama. Pero, ojo al destino, jamás llegaría a cobrar lo que pedía por ellas. Pasó apuros económicos… Ay si hoy supiera la fama que ha alcanzado…
El Greco sigue vivo, sí… Y está en Toledo.
Conociendo Cuenca con Fran Masterchef, ¿qué visitar?, ¿qué comer?, su lugar favorito…
6 El Tajo, los puentes y San Juan de los Reyes
Pasa herido por la ciudad, pero sigue siendo uno de sus santos y señas. El río Tajo arrastra toda la basura que llega desde el sur de Madrid, pero ahí continúa, serpenteando… Por debajo de puentes, como el de San Martín y el de Alcántara, dan acceso a la ciudad y ahí están, majestuosos…
Como el monasterio de San Juan de los Reyes, símbolo del poder monárquico del siglo XV, encargado por los Reyes Católicos para que fuera mausoleo real, que conserva en su fachada las cadenas de los cristianos cautivos en Granada que liberaron Isabel y Fernando. Y que sirve de respuesta a los numerosos turistas que preguntan… ¿Y esas cadenas? Un consejo: no os perdáis sus claustros.
7 Sinagogas, mezquitas… El pasado está muy presente en Toledo
El testimonio judío se resume en el Museo Sefardí (o sinagoga del Tránsito), donde impresiona la Sala de Oración, con su matroneum o lugar que era de oración para las mujeres y los niños menores de 13 años. Situate en el centro y levanta la vista: disfruta de su techo. O de las yeserías del arte mudéjar policromado… O del espíritu de Sefarad…
Por cierto, pequeñas baldosas repartidas por el suelo de diferentes calles te recordarán que estás en la Judería. Pasea y deja volar la imaginación. Sí, estás en la judía Toledo…
A apenas 100 metros, siguiendo por la calle Reyes Católicos, entra en la sinagoga de Santa María la Blanca, más tarde convertida en iglesia. Te vas a deleitar.
Si puedes, ve a la mezquita del Cristo de la Luz, donde seguro que quedará fascinado con la sala de oración. Cuatro columnas centrales y nueve compartimentos abovedados. En 2006 las obras que se iniciaron para resolver los problemas de estabilidad y las humedades sacaron a la luz una monumental calzada romana de cinco metros de ancho y formada por grandes losas de granito. Bajo ella, una cloaca de la misma época…
8 ¡Abre la muralla! Bisagra, Cambrón, Sol, Valmardón…
Recién llegado a la ciudad por la carretera de Madrid te topas con la Puerta de Bisagra, quizás el santo y la seña de la ciudad. Es más un arco triunfal que una entrada defensiva medieval. La atraviesas y ves la iglesia de Santiago del Arrabal, conocida como «la catedral del mudéjar».
La Puerta del Sol, unos metros más adelante y por la vía de acceso a la Plaza de Zocodover (lugar de encuentro y plaza emblemática, el mito toledano). Puerta del Sol que es una torre albarrana de la muralla que rodeaba la medina.
O la Puerta del Cambrón, de salida del casco histórico, de origen árabe. Y la Puerta de Bab-al-Mardum o Valmardón, que permitía el acceso a la medina islámica toledana.
No dejes de ver, al lado de Bisagra, la Puerta de Alfonso VI o Puerta Vieja de Bisagra. Te transportará a los tiempos de la reconquista de la ciudad…
9 La nobleza, Covarrubias, la belleza en estado puro…
¿Quieres darte una vuelta por el Renacimiento? Pues ahí está el Hospital Tavera, fuera del casco histórico y justo frente a la Puerta de Bisagra. Era un hospital «para los tocados de diferentes enfermedades» y panteón de su fundador, el cardenal Tavera. Con él se inició el programa de renovación urbanística que los humanistas que rodeaban al emperador Carlos V ideó para adecuar la imagen de Toledo a su papel de capital imperial. Hoy es el Archivo de la Nobleza.
Unas líneas para un museo digno de elogio, el Santa Cruz. Una de las joyas de la arquitectura más temprana del Renacimiento español, debe su nombre al antiguo hospital de Santa Cruz. En el interior, obras de los períodos celtibérico, romano, vigidoso, árabe o mudéjar. Su fachada es imponente, un soberbio conjunto monumental decorada por Alonso de Covarrubias. Y su balaustrada interior, qué maravilla…
Siguiendo la huella de Covarrubias, ojo al Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda, en la iglesia de San Román, primer mudéjar toledano.
y 10… Piérdete por sus calles
No lo dudes. Hazlo. Siente ese placer. Situate en cualquier lugar del casco histórico y empieza a callejear. Si subes, luego bajarás, y viceversa. Así es Toledo, una serpentina y una montaña rusa en sí misma. Sí, piérdete. Porque siempre volverás a encontrarte. Hay calles por las que solo puede pasar una persona, piedras que te harán reflexionar, casas en las que te encantaría quedarte, patios donde el fresco es lo habitual…
Piérdete por Toledo…