La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo expresó la semana pasada su oposición a un estudio de la Confederación Hidrográfica del Tajo en el que se propone la eliminación de azudes en el Torno del Tajo para evitar las espumas.
La propuesta, que fue presentada el pasado 14 de marzo por el presidente de la CHT, Antonio Yáñez, pretende mejorar el aspecto de las aguas que discurren a la altura de la ciudad de Toledo a cambio de hacer desaparecer lo que los académicos consideran «un elemento patrimonial de primer orden que merece ser conservado».
Elementos de ingeniería civil presentes desde al menos el siglo XI
Los azudes -según la moción aprobada en pleno la semana pasada por la institución, cuyo contenido ha sido enviado a las diferentes administraciones públicas- son elementos de ingeniería civil que han estado presentes en la ciudad desde al menos el siglo XI, siendo su aspecto actual fruto de las innovaciones practicadas en el XVI.
«Su construcción hizo posible el desarrollo industrial de Toledo en los últimos siglos y son la mejor huella de importantes actividades ligadas a la historia de la ciudad, en un área declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco».
Estudiados por Manuel Díaz Marta en un artículo publicado en la revista Toletum [1], «los azudes han contribuido, además, a regular el caudal y a generar una lámina de agua bastante mayor de la que el río sería capaz de mantener con su actual volumen».
«Los azudes no son parte del problema»
Por todo ello, los académicos consideran que estos antiguos elementos «no son parte del problema del aspecto del río en Toledo» y que la deficiente calidad de sus aguas debe ser combatida «mediante una eficaz depuración, por considerarla la única garantía para impedir la formación de espumas».
[1] Manuel Díaz Marta (1986). «Los azudes del Tajo en Toledo y Aranjuez». Toletum 20, pp. 157-173.