Desde luego, nunca olvidará su boda. No ya porque probablemente fuera el día más feliz de su vida, sino porque apenas 24 horas después contempló, en vivo y en directo, un espectáculo sobrecogedor, como él mismo lo define en declaraciones telefónicas a encastillalamancha.es.
El volcán Cumbre Vieja, en La Palma, se «enfadó» y empezó a soltar lava, un auténtico espectáculo…
Alejandra y el toledano Rodrigo, en su boda el sábado en La Palma. Un día después, el volcán Cumbre Vieja entraba en erupción…
«Se escuchó un estruendo… como algo gigante moviéndose que no sabíamos qué era»
«Estábamos comiendo en una casa rural con la familia de mi esposa, en la zona de Las Manchas, y había temblores continuos, hasta que de repente se escuchó un estruendo que no alcanzo a describir… como algo gigante moviéndose que no sabíamos qué era. Nos levantamos rápidamente y fuimos a la parte de atrás de la casa, donde nos encontramos con una tremenda columna de humo y me quedé sobrecogido, impresionado…».
Quien así habla es Rodrigo Díaz, de 31 años, toledano de la capital regional, quien se casó (en la finca Casa Yanes) el día anterior a la erupción del volcán con Alejandra Martín, de 29 años y natural de La Palma.
De izquierda a derecha, Ignacio, Álvaro, Roberto y Diego, los cuatro amigos toledanos que están en La Palma, en la boda de su amigo Rodrigo, también toledano, y que vivieron en directo la erupción del volcán Cumbre Vieja.
«Pensé… ¡Madre mía, nos ha explotado un volcán encima de la cabeza!»
«Date cuenta que no estábamos a más de cinco kilómetros, estábamos prácticamente encima de la boca del volcán… Sí, pensé: ¡madre mía, nos ha explotado un volcán encima de la cabeza».
Por eso también estaban allí su familia y cuatro de sus mejores amigos, todos toledanos: Álvaro Palacios, Diego González, Ignacio Valmaseda (los tres tienen 31 años) y Roberto Fernández (32 años). Los cuatro llegaron el jueves pasado a La Palma y también vivieron los momentos que han sobrecogido a toda España, como han contado a este periódico.
Pero sigamos con la historia del novio…
«Nos subimos a los coches y nos fuimos…»
Rodrigo recuerda que durante la semana pasada se activó la alerta «y aquí la gente se lo tomó con cierta precaución porque han convivido con el vulcanismo desde siempre». Hasta que el domingo 19 el volcán nos dejó una de las más maravillosas imágenes que nos puede deparar la naturaleza, «y sí, me tomé mi tiempo para admirarlo porque puede que solo ocurra una vez en la vida».
Minutos después, «dejamos de comer, cogimos las mochilas y lo que teníamos más a mano, nos subimos a los coches y nos fuimos, aunque más tarde regresé con mi suegro para recoger lo que nos habíamos dejado».
La familia de Rodrigo «estaba al otro lado de la isla, por lo tanto al principio casi ni se enteraron».
Por cierto, por aquello de las curiosidades, una más… Rodrigo y Alejandra se van de viaje de bodas… ¡A Islandia! donde los volcanes en erupción son algo habitual.
Los cuatro amigos toledanos a los que el novió llamó para…
¿Y sus cuatro amigos toledanos que aterrizaron en La Palma el jueves pasado para asistir a la boda? Pues también hemos hablado con ellos…
Álvaro, Diego, Ignacio y Roberto nunca olvidarán estos días. Que fue quien precisamente les llamó para advertirles que el volcán había entrado en erupción. «Estábamos comiendo en Los Llanos (una zona alejada del origen de la «explosión»), subimos a la terraza del restaurante y vimos el humo a lo lejos».
Sabían que estaban lejos del origen y estaban muy tranquilos, aunque rápidamente se apresuraron a llamar a sus familias en Toledo para decirles que estaban perfectamente y que no estaban en zona peligrosa. «Nosotros estábamos a unos siete kilómetros y solo notamos un temblor, pero las amigas de la novia, que estaban cerca… Toda la noche con temblores».
En cualquier caso, una experiencia inolvidable para todos… «Este jueves regresamos a Toledo». Después de ver cómo la naturaleza se «enfadaba» a sus pies…
La Palma nos ha dejado un espectáculo indescriptible en las últimas horas, como esta imagen tomada el domingo por la noche desde la azotea de la casa de los suegros de Rodrigo.