Vecinos de Oropesa culpan al Ayuntamiento de la localidad toledana por el suceso ocurrido la pasada madrugada de martes al miércoles, cuando se produjo el derrumbe de la fachada del Colegio de los Jesuitas, y en el que afortunadamente no hubo que lamentar heridos.
Los vecinos responsabilizan al Ayuntamiento de colgar toldos en la fachada por las Jornadas Medievales y el Ayuntamiento niega que sea el motivo: «Dos adornos sujetos en esta fachada no son el causante de venirse abajo un edificio por completo».
Pese a ello, el edificio catalogado como Bien de Interés Cultural, que según apuntan los vecinos se encontraba bastante deteriorado por la «dejadez» por parte de los propietarios y del Ayuntamiento, quedo reducido a escombros a falta de escasos días de la celebración de sus Jornadas Medievales.
Critican que colgaran toldos y el alcalde defiende que «tres banderolas» no es la causa del derribo
Tras lo ocurrido, vecinos de la localidad explican que el pasado 9 de abril, el Ayuntamiento junto a la empresa Espectáculos AMB (La Fragua de Vulcano) organizadora de las Jornadas Medievales, decoraron las calles colgando «pendones y toldos» que se sujetaban de los edificios situados a ambos lados de la calle. En este caso afirman que sujetaron los toldos y pendones en el Colegio de los Jesuitas.
Según apuntan que al hacer algo de viento sobre el toldo se ejerce fuerza sobre los edificios, que en el caso del Colegio de los Jesuitas no soportó dicha fuerza y se acabó derrumbando. Por lo que señalan estos hechos como la principal causa del derrumbe del edificio.
«Nadie entiende como el Ayuntamiento y la empresa han sujetado los toldos y pendones de un edificio en ruinas, dado que si esto llega a ocurrir en plenas jornadas medievales se estaría hablando de heridos incluso de fallecidos», han lamentado.
Sin embargo la otra parte involucrada en el conflicto desmienten estas afirmaciones. Y es que el alcalde Oropesa, Rubén Zapardiel, afirma que esta acusaciones son «completamente falsas», tal y como ha señado a encastillalamancha.es. Zapardiel defiende que hay «tres banderolas ancladas a la fachada como se hace todos los años» y esto «no es la causante de un derribo».
«Dos adornos sujetos en esta fachada no son el causante de venirse abajo une edificio por completo», insiste el alcalde oropesano.
Problemática por el uso de unos terrenos privados como aparcamientos
A juicio del Rubén estas acusaciones son fruto de otra problemática que existe con los mismos vecinos que han denunciado estos hechos. Y es que, según explica el alcalde, estos vecinos tienen unos terrenos en el centro de la localidad, y solicitaron al Ayuntamiento cambiar la calificación de estos para construir, algo que denegaron por ser una zona protegida al estar cerca del la muralla.
Por otro lado, está la versión de los propietarios quienes denuncian que por sus terrenos «pasan tuberías con aguas sucias» y afirman llevar reclamando al Ayuntamiento que sacaran las tuberías de su parcelas y las llevaran a la calle, en lugar de por la mitad de la parcela.
Estos vecinos, según explica el alcalde, son copropietarios de unas parcelas que son cedidas cada año para ser zona de aparcamientos durante las Jornadas Medievales. En esta ocasión, el alcalde explica que estos vecinos «aprovecharon la circunstancia» para no ceder el terreno. Sin embargo, al ser copropietarios «la ley es muy clara: para la venta o compra de cualquier terreno tienen que estar de acuerdo todas las propiedades pero para al alquiler con la mayoría es suficiente».
Por ello, se puso en contacto con el resto de propietarios que cedieron el terreno sin problema.
Al otro lado, la parte afectada manifiesta que «la familias Corpas, Cobisa y Robledo, no quisieron ceder las parcelas para que se usen como aparcamientos y procedieron al cierre de las mismas y a la indicación de que son propiedad privada y se prohíbe el paso a dichas parcelas».
Y sin embargo, denuncian que el alcalde de Oropesa junto al Secretario ordenaron a la Policía de Oropesa el cortar el candado y que se quitaran las puertas para así poder acceder a la parcela y que se pueda usar como propiedad privada, «a pesar de que no cuentan con el permiso de sus propietarios, vulnerando el derecho a la propiedad privada.».