La Guardia Civil ha investigado a una persona a quien se le acusa de cazar usando artes prohibidas no selectivas de fauna en el coto de Guadamur (Toledo), una zona de presencia estable de especies protegidas como el lince ibérico.
Las investigaciones las iniciaron efectivos del Equipo de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (EPRONA) de Toledo, tras la denuncia que presentó un ciudadano cuyo perro se había quedado atrapado en un lazo en las inmediaciones de un coto de caza cuando estaba paseando, según ha informado el Instituto Armado en una nota de prensa.
Tras recibir la denuncia, los agentes se trasladaron a la finca de caza y observaron en una zona de matorrales la existencia de varios lazos de cable de acero sin freno, dispuestos para su uso, instalados en pasos por donde habitualmente transita la fauna salvaje.
Estos lazos de cable de acero son medios no selectivos de fauna, además de ser medios de captura tremendamente lesivos, puesto que no disponen de freno u otro dispositivo similar que evite que, si se atrapa a una especie de fauna no objetivo de captura, pueda liberarse sin producirle un daño sustancial o la muerte, por lo que son un peligro tanto para la biodiversidad como para el equilibrio de los ecosistemas.
En la finca de Guadamur encontraron utensilios para la caza
En el desarrollo de la investigación se identificó a una persona en los alrededores de la finca inspeccionada que llevaba en su vehículo diversos utensilios para la caza, entre ellos gran cantidad de lazos de cable de acero preparados para ser colocados en el medio natural de similares características a los ya instalados en la finca, además de otros utensilios como un tridente con tres arpones para dar muerte a especies capturadas y piquetas y rollo de alambre para arreglo de los lazos.
En la zona encontraron un zorro muerto
Igualmente, los agentes localizaron en los alrededores de la zona afectada, oculto entre los matorrales, el cadáver de un zorro, que tenía fuertemente enrollado alrededor del cuello un cable de acero, de un lazo similar a los instalados en la zona.
Con esta actuación, además de la identificación del presunto autor de los hechos, se han retirado del medio natural hasta 18 medios de captura prohibidos, por lo que se han evitado daños ecosistémicos que hubiesen ocasionado la captura prohibida de especímenes de fauna en la zona afectada, la cual es zona de presencia estable de especies protegidas como el lince ibérico.
Conforme al Código Penal, esta persona, presunta autora de un delito de contra la fauna, se enfrenta a una pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses, inhabilitación especial para profesión u oficio y para el ejercicio del derecho a cazar o pescar por tiempo de uno a tres años, así como la privación del derecho para la tenencia y porte de armas en el mismo periodo.