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viernes, 22 de noviembre de 2024
La Custodia de Arfe no podrá salir el jueves 11 en procesión, pero ya se prepara para el próximo año. Foto - Rebeca Arango
Artículo de opinión - 10 junio 2020 - Toledo

«Están los toldos encerrados, sabiendo que este año no se mojaran con el agua de las tormentas primaverales y sabiendo también que no mojaran a los viandantes incautos que pasan por debajo de ellos después de una madrugada de tormentas. Andan los gigantones cabizbajos, pues nadie os va a sacar a bailar esta tarde ni mañana y La Tarasca compungida, pues no sabe qué ha hecho este año para no poder salir a asustar a los niños.

Las flores buscan el cielo de Toledo que les regala el sol y la lluvia para que luzcan sus mejores colores, y los balcones aparecen desnudos sin pendones que les vistan con sus mejores galas, tampoco los mantones de Manila exhibirán sus bordados maravillosos y provocaran la envidia de aquellos que desde la calle los miran desde abajo, intentando contar cada puntada.


«El romero y el tomillo andan apesadumbrados buscando a quién inundar con su aroma…»

El romero y el tomillo se han quedado en los campos sin arrancar y andan apesadumbrados buscando a quien inundar con su aroma inconfundible de esas mañanas de Corpus. ¿Y los patios? ¿A quién van a recibir, a quién van a mostrar su luz, a quién van a enseñar sus plantas y sus recuerdos acuñados a lo largo de siglos?, ¿quién se asomará discretamente buscando que alguien desde dentro les invite a pasar?

La calle Trinidad está desolada como lo están todas las calles de Toledo, pues saben que no tienen toldos que les protejan del sol, pues saben que este año no recibirán a aquel que cada año nos visita dejándonos una estela de paz y reconciliación.

«Andan los toledanos buscando su Corpus, intentando…»

Andan los toledanos buscando su Corpus, intentado calmar su sed y su alimento…. Quizás estemos equivocados donde buscar, quizás andemos despistados en el adorno y el boato, en la estética y la belleza exterior, quizás no sepamos buscar, quizás no sepamos mirar. Lo esencial es invisible a los ojos, decía el Principito.

El alma de la ciudad de Toledo no está ni en sus calles, ni en sus toldos, ni en sus balcones ni en sus tradiciones… el alma está en aquello que no vemos pero sentimos, en aquello que no tocamos pero nos toca, en aquello que deberíamos ser capaces de encontrar en el interior de nosotros mismos, sin adornos, sin juegos de luces ni fiesta de los sentidos… Busquémoslo, porque solo El permanece, estuvo, está y estará y sólo así encontraremos el verdadero Corpus, el Corpus del corazón».

Ana Isabel Jiménez es periodista de Radio Televisión Diocesana.

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