Un gran socavón ha aparecido en la Plaza de los Árboles de Alameda de la Sagra. Sus proporciones son enormes y el sábado pasado un árbol cedió y solo su ramaje impidió que tocara el fondo del gran agujero, de unos siete metros de profundidad. La prioridad de Ayuntamiento de la localidad es «arreglar» el problema «cuanto antes», pero como apunta el alcalde, Rafael Martín Arcicóllar, «es una obra que tarda más en plantearse que en ejecutarse» y el objetivo es que la plaza pueda estar a pleno rendimiento para las fiestas patronales.
«Lo que está claro es que hay que arreglarlo y no es la primera vez que pasa algún hundimiento en calles por las minas, cuevas y galerías que hay en el municipio», explica a encastillalamancha.es el alcalde.
Ahora intentan dos cosas. Por un lado limpiar y cerciorarse del alcance de este agujero, y por otro conocer el origen de dicho socavón. Tienen prácticamente descartado que sea por una avería de agua, ya que han estado haciendo pruebas con los contadores y no parece haber ninguna fuga, por lo que lo más probable es que lo haya formado las aguas subterráneas, porque además, esta localidad es punto de llegada de gran cantidad de agua fluvial.
Máquinas especiales para reparar el problema
Una de las cuestiones que preocupa al alcalde es el tipo de maquinaria con el que acometer la obra. No quiere que en la plaza entre maquinaria pesada por lo que pudiese pasar y por ello ya están trabajando para encontrar máquinas especiales con las que acometer la obra. «No hay muchas empresas especializadas», reconoce el alcalde de Alameda de la Sagra.
El Ayuntamiento asumirá todo el coste pero pedirá las ayudas posibles
Solucionar este problema no será barato y la inversión para el Consistorio de la localidad superará las seis cifras. Una cuantía importante para una localidad de 3.500 habitantes. Por ello, y tal y como informa el Rafael Martín, el Consistorio estudiará solicitar a la Junta, a la Diputación de Toledo y al Gobierno Central todas las ayudas que puedan echar una mano.
Un subsuelo muy especial
Alameda de la Sagra es una localidad cuyo subsuelo está lleno de sorpresas. Cuentan los viejos del lugar que siempre han ocurrido este tipo de sucesos en la localidad y es que las entrañas del pueblo están llenas de minas y galerías naturales producidas por el agua y por la tipología geológica del municipio.
Hay tantas galerías que es difícil conocer hasta qué punto está agujereado el subsuelo. Muchas de ellas se conocen, pero en momentos como los de los últimos días, con unas lluvias muy abundantes, el terreno se humedece y lo hace más débil, lo que da pie a que sucedan episodios como el del pasado sábado. «Se conocen muchas, pero otras muchas no se sabe ni dónde ni cómo están, por eso en algunas ocasiones pasan episodios como este», indica el alcalde.
La cueva que se ha tragado el árbol sí que era conocida. La tierra sobre la que se asienta la plaza era «echadiza» y por allí puede que fluyese un arroyo, lo que debilita el subsuelo de la zona. Encima de ello y hace siglos, cuando se comenzó a edificar la localidad, ahí se iban echando escombros y ese es el cimiento de la zona, aunque esto solo es una teoría lugareña que está sin confirmar. Además, en esa plaza puede que incluso los propios árboles hagan de sustento de la misma, puesto que hay árboles muy antiguos cuyas raíces sujetan la tierra.
Volviendo al gran agujero de la plaza de los árboles, cuando uno se asoma al agujero se oye agua, aunque por el momento y a la espera de la opinión definitiva de los técnicos, no se sabe si es de la mina principal o es de otro manantial que habría que encauzar a la otra mina, según indica Rafael Martín.
«Cuando nosotros nos encontramos problemas en las calles por las minas, lo que intentamos es arreglarlos bien porque una mala obra ejecutada en un socavón puede tapar parte de una galería subterránea y puede llevar la humedad hasta otro lugar», puntualiza el alcalde y de ahí que estas obras tarden más en plantearse que en ejecutarse. Una vez se tenga todo claro con respecto a esta obra, el plazo de ejecución sería corto, de unos 15 días.