Castilla-La Mancha es una región inmensa. Con sus 79.461 kilómetros cuadrados de superficie, la comunidad es la tercera con más terreno de España y la inmensidad de espacios que aguarda es variopinta: desde sierras escondidas, cañones enclavados sobre ríos poco transitados hasta unas llanuras donde se pierde el horizonte. El turismo rural es uno de los atractivos que ofrece esta región para cualquier visitante que quiera deleitarse de un entorno privilegiado condimentado con una gastronomía de calidad y unas gentes de carácter agradable.
Una de tantas maneras que hay de explorar la vasta región es a través de los senderos y los caminos naturales. Para quienes quieran adentrarse en los entornos naturales aún más impresionantes, está otra actividad con la que observar la inmensidad del paisaje desde las alturas: las vías ferratas. «Las vías ferratas te llevan a entornos naturales en altura a los que no podrías llegar, o solo escalando, y de esta forma le da acceso a todos los públicos», explica a ENCLM Roberto Arroba, responsable del área de barrancos y vías ferratas de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha. Para recorrer una vía ferrata no hace falta tener ningún tipo de conocimiento previo ni características especiales. «No hay que tener vértigo, o el menos posible. Con una condición física normal, todo el mundo lo puede realizar», apunta Arroba, que es un gran conocedor de los recorridos por las alturas que ofrece la región.
Vía Ferrata de Yeste (Albacete). Foto de Roberto Arroba, Federación de Deportes de Montaña de CLM.
¿Qué es una vía ferrata?
Las vías ferratas son recorridos artificiales de cables de acero que discurren por bloques de piedra en el medio natural. «La peculiaridad es que están fijadas por un cable continuo durante todo el recorrido, que es el de seguridad, donde se va anclado. Eso hace que nunca caigas al vacío. Hay escalones, desde clavijas a escalones de varilla, hay pasos con troncos, puentes tibetanos, tipo mono, y las tirolinas», añade el responsable de vías ferratas de la federación castellanomanchega.
En la región contamos con tres provincias en las que las vías ferratas se ofrecen como una opción más para disfrutar de ese turismo rural: Cuenca, Guadalajara y Albacete. Cada una de ella alberga rutas únicas. Eso sí, antes de intentar aventurarse, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones. Se exige ropa y calzado de montaña y se recomienda reservar a través de empresas de turismo activo como UñAventura o Cuerda Doble, en Cuenca, o desde las webs de ayuntamientos como el de Nerpio (Albacete) o el de Sacedón (Guadalajara).
Para los deportistas de alto nivel, es muy importante remarcarlo, hay que llevar materiales específicos como el anclaje disipador homologado para vías ferratas, un arnés homologado de escalada o el casco homologado. La mejor opción es, siempre, contactar con las oficinas de turismo de los municipios que gestionan esas vías para informarse de todos las peculiaridades antes de empezar la aventura.
Vías Ferratas en CLM: diez recorridos y un extra
Vías ferratas en Albacete
En la provincia de Albacete hay cuatro rutas para recorrer a través de vías ferratas. Todas están enclavadas en la mágica Sierra del Segura, que esconde fortalezas y castillos, arte rupestre o miradores desde los que vislumbrar municipios como Aýna, Bogarra, Letur, Nerpio, Socovos o Yeste.
La de Caudete, sobre la «Sierra Oliva», se ha instalado en este 2023 y cuenta con diferentes dificultades desde el K2 a K6, con un puente tibetano y una vista espectacular.
- La vía ferrata de Nerpio es la que tiene la tirolina más larga y fue la primera en ser homologada en Castilla-La Mancha. Transcurre a lo largo de 500 metros y sobre 46 metros de altura, en los que se intercalan un puente tibetano, un puente mono y una tirolina.
- A apenas 50 kilómetros de Nerpio encontramos la vía ferrata de Yeste. «Es completa, fácil y asequible. Una vía ferrata con vistas al Valle del Tús», explica Arroba. Alberga un puente mono, una pasarela metálica y el paso de la red para suspenderse completamente sobre las alturas.
- También en la Sierra del Segura está enclavada una vía ferrata muy especial, la de Aýna, que cuenta con dos recorridos de diferente dificultad (K2 y K4) en el que disfrutaremos de las vistas que nos ofrece Aýna y el cañón del Mundo a su paso por la «Suiza Manchega».
Vías ferratas en Cuenca
Cuenca es la provincia con más variedad y diversidad de recorridos naturales. Su gran extensión y sus enormes espacios naturales posibilitan que la provincia sea un lugar de excepción para realizar deportes de aventura en la naturaleza en la Serranía de Cuenca.
- La primera vía ferrata que se instaló en Cuenca fue la de Puente Vadillos, que es de carácter privado y desde la Federación de Montaña de la región explican que tiene un recorrido corto pero interesante. Está enclavada frente al río Guadiela y transcurre por una longitud de 160 metros y un desnivel de unos 50 metros.
- Quizás, el itinerario más emblemático es el de la vía ferrata de Priego, que transcurre por la Hoz de Priego con dos itinerarios por el Estrecho de Priego y por Las Buitreras (K3 y K4).
- El Ventano del Diablo es una de las paradas obligatorias al pasar por la Serranía conquense y también cuenta con una vía ferrata muy conocida y una de las más accesibles, donde se pasa bajo el mirador del famoso Ventano y que alberga una tirolina de 26 metros. Ofrece dos opciones: un recorrido familiar K3 y otro deportivo K4.
- La vía ferrata de Fuertescusa está en el corazón de la Serranía conquense y discurre por la Piedra del Castillo. Desde la Federación de Montaña castellanomanchega explican que es un recorrido de unos 150 metros sin tirolina y con un puente. Ofrece la posibilidad de hacer dos itinerarios: «El Castillo», con una dificultad de K2 y «Asalto al Castillo», de un nivel de K4.
Pura fantasía: una vía ferrata urbana en un antiguo silo
También en la provincia de Cuenca encontramos una vía ferrata que en realidad no lo es, enclavada en un lugar muy especial. El Silo de Chillarón (Cuenca) era una antigua mole de hormigón que llevaba años en desuso y se ha reconvertido en un Centro de Tecnificación Deportiva de Espeleología donde practicar e impartir clases sobre espeleología, rapel, vías ferratas o escalada. La vía ferrata que se ha (re)construido en este silo no atiende a una de las características principales de los recorridos: que sean en el entorno natural. Por eso, este peculiar recorrido a través de los recovecos del silo se califica de «vía ferrata urbana» y es un ejemplo de utilización de un edificio en desuso para el aprovechamiento deportivo, social y cultural.
Vías ferratas en Guadalajara
En Guadalajara, la vía ferrata sobre Sacedón se impone sobre la Boca del Inferno, un paraje emblemático sobre el embalse de Entrepeñas en el que escalar por una pared vertical y con los buitres rondando por la zona. Cuenta con escalones en ascensión, pasarelas, puentes monos y una tirolina de 40 metros para disfrutar de una experiencia única. La aventura, además, se puede complementar en un paseo por los alrededores del embalse de Entrepeñas.
Vía Ferrata de Priego (Cuenca). Foto de Roberto Arroba, Federación de Deportes de Montaña de CLM.
Raíz Culinaria y Hospederías de CLM
No nos podemos olvidar de que, si tienes alguna duda sobre donde comer o donde alojarte, Castilla-La Mancha dispone de dos opciones de calidad excelsa. Por un lado, en el plano gastronómico, encontramos la marca Raíz Culinaria, con una amplia oferta de restaurantes donde disfrutar de la mejor comida. Y para alojarse está la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha, establecimientos donde pasar una estancia fabulosa.
